"Para atender a las necesidades suscitadas por los
empleos y oficios de nuestros ciudadanos, doce de ellos
navegan hacia países extranjeros bajo la bandera de otras
naciones (pues nosotros ocultamos la nuestra),
trayéndonos libros, resúmenes y modelos de experimentos
realizados en todas partes. A estos hombres los llamamos
los Mercaderes de la Luz.
Tres de ellos reúnen los experimentos que se
encuentran en todos los libros. A éstos los llamamos los Depredadores.
"Tres reúnen los experimentos llevados a cabo en las
artes mecánicas, en las ciencias liberales, y aquellas
prácticas que no se incluyen en las artes. A éstos los llamamos los Hombres del Misterio.
"Tres ensayan nuevos experimentos, según lo juzgan conveniente. Los llamamos Pioneros o Mineros.
Tres catalogan los experimentos de los cuatro grupos
anteriormente enumerados en títulos y tablas, para
iluminar mejor la deducción de las observaciones y axiomas
extraídos de ellos. Los llamamos Compiladores.
"Tres examinan los experimentos de sus compañeros,
concentrándose en el intento de deducir de ellos cosas útiles y prácticas para la vida y el conocimiento del hombre; e igualmente para sus obras, para la demostración
patente de las causas, medios de adivinación natural, y el
rápido y claro descubrimiento de las virtudes y partes de los cuerpos. Los llamamos Donadores o Benefactores.
"Luego, después de diversas reuniones y consultas de
todos los miembros para considerar las investigaciones y
síntesis realizadas en primer lugar, contamos con tres de
ellos que se preocupan de supervisar y dirigir los nuevos
experimentos, desde un punto de vista más elevado, y
penetrando más - en la naturaleza que los anteriores. A
éstos los, llamamos Lámparas.
"Otros tres ejecutan los experimentos así dirigidos, y dan cuenta a aquellos. Los conocemos con el nombre de Inoculadores.
"Por último, tenemos tres que sintetizan los
descubrimientos logrados mediante los experimentos en
observaciones, axiomas y aforismos de más, amplitud. Los
llamamos Intérpretes de la Naturaleza.
"Como puede comprender, contamos también con
principiantes y aprendices, para que no se lustre la
sucesión de los primeros hombres empleados; tenemos,
además, un gran número de criados y sirvientes, hombres
y mujeres. Hacemos también lo siguiente: celebramos
consultas para acordar cuáles son las invenciones y
experiencias descubiertas que se han de dar a conocer, y
cuáles no; se toma a todos juramento de guardar secreto
respecto a las que consideramos que así conviene que se haga, y a veces unas las revelamos al Estado y otras no.
"Para nuestras ceremonias y ritos, tenemos dos
larguísimas y bellas galerías; en una de ellas colocamos
modelos y ejemplares de todas clases de los inventos más
raros y mejores; en la otra, las estatuas de los principales
inventores. Tenemos allí la estatua de vuestro Colón, que
descubrió las Indias occidentales; al inventor del barco; al
monje vuestro que inventó la artillería y la pólvora; al inventor de la música; al inventor de las cartas; al inventor
de la imprenta, al inventor de la astronomía; al inventor de
los trabajos en metal; al inventor del cristal; al descubridor
de la seda de los gusanos; al inventor del vino; al inventor
del pan de maíz y de trigo; al inventor del azúcar, y a todos
aquellos que por tradición sabemos que lo fueron.
Contamos luego con diversos inventores propios de obras
magníficas que, puesto que usted no las ha visto, me
llevaría demasiado tiempo describírselas; además, podría
equivocarlo con facilidad al intentar que comprendiera
rectamente estas obras a través de mis descripciones. Al
inventor de una obra valiosa le erigimos una estatua y le
damos una recompensa digna y generosa. Las estatuas son
de bronce, de mármol y jaspe, de cedro y de otras maderas doradas y adornadas; otras son de hierro, de plata o de oro.
"Tenemos ciertos himnos y servicios religiosos de
alabanza y agradecimiento a Dios por sus maravillosas
obras, que los decimos diariamente. También oraciones
para implorar su ayuda, y bendición en nuestros trabajos, y
para que les dé aplicaciones buenas y santas.
"Por último, realizamos determinados circuitos o visitas
a las principales ciudades del reino, en las que damos a
conocer, según juzgamos conveniente, las más nuevas y
provechosas invenciones. Anunciamos también las
predicciones verosímiles de enfermedades, plagas,
invasiones de animales dañinos, años de escasez;
tempestades, terremotos, grandes inundaciones, cometas,
las temperaturas del año, y otros fenómenos diversos; por
consiguiente, les aconsejamos acerca de lo que deben hacer para evitar los males y remediarlos."
Cuando acabó de decir esto se levantó; según me
habían enseñado yo me arrodillé ante él; puso su mano
derecha sobre mi cabeza, y dijo:
Y me dejó, después de haberme
concedido una asignación de dos mil ducados, para mí y
mis compañeros.
En las ocasiones que se presentaron, todos ellos se
mostraron muy generosos.