Tal vez mañana deje de tener sentido
la poesía. Será entonces
todo semejanza, tendremos
los ojos abiertos, respiraremos.
Un papel de fino cobre flotará en el agua
y ya no será sombra la de la carne
a la luz del mediodía.
Crujirá una madera y se diseminará el eco
hasta más allá de nombre y peso.
¿Será el final? ¿Y el alumbre,
la geometría, el jugo de las frutas,
la fosforescencia de los peces en el abismo,
el número de oro de tu muslo,
el tiempo?
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