¿Sobrevivirán la materia perforada,
el paisaje que el ojo entrevé
y por cuya superficie repta una sombra?
Nacerá el hijo del muslo
..............................................- cae
la palabra por su propio peso -
caen los hoteles, sus pasillos,
sus lámparas siempre encendidas.
Un hijo torpe, sin nombre ni ojos.
En otra parte, se parten los mundos,
los patios con sus hojas,
las hojas que la luz atraviesa,
desnudez, impiedad, nervadura.
Se lavarán de a dos, estará oscuro.
Números en cada puerta,
ventanas con relámpagos,
nudos de nervios en láminas delgadas,
dioses flacos, venidos a menos,
incapaces de crear tan sólo un insecto.
¿Y la arena, las arenas, esta boca,
esas otras bocas, palos, cometas, dientes?
El hijo ignora, despierta, se viste. |