La relación del escritor con el lenguaje así es conflictiva, y Jelinek se siente perseguida y maltratada por él. Se siente atrapada por él y huye cuando intenta atraparlo.
En oposición al filósofo Heidegger afirma que lo que permanece "no es lo que legan los poetas". En consecuencia el lenguaje "ha huido de la poesía y de la literatura". En los días que antecedieron a la entrega de los Nobel, Jelinek reafirmó su convicción de que el escritor debe ser independiente frente al poder y a los gobernantes y que está en la obligación de criticarlos. Su lugar en la sociedad, agregó, es la marginalidad y el acatamiento a ésta. |