Mario Meléndez

Poesía chilena emergente:
Estética y Compromiso

INDEX
INTRODUCCIÓN
BREVÍSIMO PANORAMA DE LA POESÍA EMERGENTE
ESTÉTICA Y COMPROMISO
PRÓLOGO DE UN SUEÑO CON ESPINAS

ESTÉTICA Y COMPROMISO

¿Puede el poeta abstraerse de la realidad que lo alimenta? ¿Ser un turbio espectador en un escenario que se desintegra a “velocidades increíbles”? Si consideramos que ya los poetas malditos hacían una sátira grotesca de la sociedad francesa de mediados del siglo XIX, denunciando sus vicios y excesos. Con la revolución de Octubre el orden de las cosas desaparece, dando paso a una nueva y radical forma de interpretar la realidad, donde el arte y por ende la literatura no podía estar ajena. La poesía, entonces, se convierte en himno, bandera, afirmación y defensa de una ideología sustentada en la lucha de clases y en la reivindicació n del sujeto como un ente social y activo. Neruda, Vallejo, Eluard, Maiakovski, Hikmet, Cortázar, Roque Dalton, son sólo algunos nombres históricamente comprometidos con las luchas y dolores de sus pueblos.

Las guerras mundiales, las dictaduras, la hambruna, el capitalismo feroz, el automatismo, la enajenación, en fin, dramas diversos a los cuales es imposible sustraerse. Algunos de estos creadores pagaron caro su consecuencia, sufriendo persecuciones, exilios e incluso la muerte. Entender entonces que el poeta sólo se limite a crear por y para sí mismo en la actualidad resulta imposible. Sin embargo, gran parte de la poesía que irrumpe en los 90 tiene un claro síntoma en esta línea. Incluso llegan a la evasión consciente con textos donde el barroquismo y la pirotecnia verbal son los invitados de honor. Aún aceptando la caída de las utopías, el hombre no es solamente un ser ideológico. Hay cosas que son inherentes a su condición de tal, y aquellas persistirán mientras el hombre exista. Las miserias, la opresión, las desigualdades, el desencanto, la muerte, el amor, lo religioso, lo lúdico, lo social, continuarán siendo material inagotable en el cual los poetas presentes y futuros escribirán la historia, por mucho que algunos ciegos agoreros, que encasillan la poesía en sombríos estantes, digan lo contrario. Lo peor que le puede ocurrir al poeta es ser leído sólo por sus pares. La poesía es un ente vivo que respira, busca y se reproduce en el oído y en el alma de los pueblos. No hay malos poetas, cuando se alude a tal hecho nunca existió la poesía. Los poetas, los verdaderos poetas, son aquellos que despiertan cada mañana con el corazón hinchado de presagios y el esqueleto pastando en la eternidad.

Mario Meléndez (Linares, 1971). Estudió Periodismo en la Universidad La República de Santiago. Entre sus libros destacan: "Autocultura y Juicio" (con prólogo del Premio Nacional de Literatura, Roque Esteban Scarpa), "Apuntes Para una Leyenda" y "Vuelo Subterráneo". En 1993 obtiene el Premio Municipal de Literatura en el Bicentenario de Linares. Sus poemas aparecen en diversas revistas de literatura hispanoamericana y en antologías nacionales y extranjeras. Ha sido invitado a numerosos encuentros literarios entre los que destacan el Primer y Segundo Encuentro de Escritores Latinoamericanos, organizado por la Sociedad de Escritores de Chile (Sech), Santiago, 2001 y 2002, y el Primer Encuentro Internacional de Amnistía y Solidaridad con el Pueblo, Roma, Italia, 2003, donde es nombrado Miembro de Honor de la Academia de Artes y Letras de Roma. Además dirige, durante dos años, un taller literario en la Cárcel de Talca que dio origen al libro "Los Rostros del Olvido" (dos volúmenes) donde se reúne el trabajo poético de los internos. Actualmente trabaja en el proyecto "Fiestas del Libro Itinerante", y preside la Sociedad de Escritores de Chile, región del Maule.