Estoy tirado en el mismo rincón desde hace dos mil años.
Por encontrarme atado a las sábanas
me perdí el nacimiento, las plegarias y el martirio.
Es roñosa la madera que me habita
y en mis pensamientos soy una piedra arrojada al acantilado de los sueños.
Afuera una multitud espera que me levante y camine
y sé que sólo desean saber cómo es la habitación del tiempo detenido.
Por favor
díganles que no molesten
deseo dormir tranquilo unas horas más.
Es probable que no me entiendan
pero uno se acostumbra al silencio.
Ahora déjenme solo
y a los de afuera grítenles que estoy bien muerto
que no pienso resucitar.
Un detalle
al salir cierren la puerta
y súbanle el volumen a la radio
la canción que viene
me hace sentir vivo.
|