El esclavo del demonio
ANTONIO MIRA DE AMESCUA

(En una prisión en una torre. Sale LISARDA con su cadena,
y RISELO dándole empellones.)

RISELO

Baste ya la hipocresía.

Toda la noche rezando,

esclavo; estará buscando

qué hurtar antes del día. 740

-En esta torre le encierro

lo que de la noche queda,

porque huirse no pueda.

Rece y azótese el perro.

Éntrese dentro, que así 745

yo dormiré con sosiego.

Requerir quiero a don Diego,

aunque seguro está aquí.

Como Marcelo me ha dado

el esclavo y la prisión 750

a mi cargo, es gran razón

andar con este cuidado.

(Vase RISELO.)

LISARDA

Estos golpes me alegraron.

Dadme trabajos apriesa,

mi Dios, pues sólo me pesa 755

que a cinco mil no llegaron.

De nadie soy conocida,

como el rostro me ha quemado

el mucho sol que me ha dado

en los montes distraída, 760

o pienso que estos defetos

causa en mi rostro el pecado

que como el alma ha mudado

mudó también los efetos.

 
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