El esclavo del demonio |
(En una prisión en una torre. Sale LISARDA con su cadena, y RISELO dándole empellones.) |
RISELO Baste ya la hipocresía. Toda la noche rezando, esclavo; estará buscando qué hurtar antes del día. 740 -En esta torre le encierro lo que de la noche queda, porque huirse no pueda. Rece y azótese el perro. Éntrese dentro, que así 745 yo dormiré con sosiego. Requerir quiero a don Diego, aunque seguro está aquí. Como Marcelo me ha dado el esclavo y la prisión 750 a mi cargo, es gran razón andar con este cuidado. (Vase RISELO.) LISARDA Estos golpes me alegraron. Dadme trabajos apriesa, mi Dios, pues sólo me pesa 755 que a cinco mil no llegaron. De nadie soy conocida, como el rostro me ha quemado el mucho sol que me ha dado en los montes distraída, 760 o pienso que estos defetos causa en mi rostro el pecado que como el alma ha mudado mudó también los efetos. |