El esclavo del demonio |
(En el monte. Sale DON GIL, y los dos esclavos.) |
DON GIL En los márgenes de flores destos arroyuelos claros 230 que echan grillos de cristal a los pies de robles altos, me parece que esperemos, que el sol sus ardientes rayos templa bordando las nubes 235 de arreboles nacarados. ESCLAVO I ¿Vienes cansado? DON GIL Me cansan las acciones del pecado no el gusto de cometerle, que en esto siento descanso. 240 Tres labradores he muerto, dos mujeres he forzado, salteé diez pasajeros, y he aprendido dos encantos. Soy discípulo, en efeto, 245 de buen maestro, y esclavo de buen señor que a la vida me enseña caminos anchos. ESCLAVO II Gente pasa. DON GIL Aunque el hurtar no es agora necesario, 250 tiene fuerza la costumbre nacida de tantos actos. |