El esclavo del demonio |
(Entra DOMINGO, lacayo, con un billete.) |
DOMINGO Al pasar, éste me dio una mujer. DON DIEGO Aún hay sol; podré leer: 210 (Lee.) «Don Diego, el alma se abrasa por ti, y mi padre me casa; mas si amor te da osadía, ven esta noche a la mía; me llevarás a tu casa.» 215 Cielos, dadme el parabién, pues que mi ventura es tal que apenas supe mi mal cuando encontré con mi bien; fortuna, no des vaivén, 220 ya que al mismo sol me igualas. Trae, Domingo, unas escalas, aunque superfluas serán, donde favores me dan pueden servirme de alas. 225 DOMINGO Don Gil te viene buscando. DON DIEGO Azar es esta ocasión, hallar un santo varón que se está martirizando al que mal está pensando 230 y al que con su carne lucha. Amistad me tiene mucha; uno es flaco, y otro es fuerte. |