ENRIQUE DE SANTIAGO
EL PRINCIPIO – EUROPA | Estamos celebrando el centenario del surgimiento del Surrealismo como movimiento fundamental, dentro de lo que ha sido el devenir filosófico y cultural de los siglos XX y XXI. Esta aventura parte en 1919, luego que con la muerte de Jacques Vaché un 6 de enero. André Breton realizará un prólogo para la edición de las cartas de quien a su juicio fue uno de los primeros surrealistas y quien además, le diera la inspiración para articular un colectivo que fuera capaz de dar respuesta a una serie de interrogantes, sobre lo que el ser humano desconocía como propio, y que lo conduciría hacia la aventura del conocimiento de lo maravilloso, el cual en gran medida residía en su inconsciente. Ese mismo año edita junto a Philippe Soupault y Louis Aragon, la revista Littérature (que duraría hasta 1924 con 33 números aparecidos en ese período). Luego seguiría la publicación de Les Champs Magnétiques (Los Campos Magnéticos), que es considerada la obra fundacional del automatismo en la escritura. A partir de esos hitos, la actividad surrealista continuó incesante, teniendo Littérature, 33 números hasta 1924, año en que aparece el Primer Manifiesto Surrealista. A esas alturas ya otros surrealistas han engrosado las filas del movimiento. Con el transcurrir del tiempo, se vendrían otras publicaciones, sumado a acciones decididas en contra del sistema socio-político imperante, exposiciones, hallazgo de nuevas fuentes de exploración y actividades que se multiplicarían por todo el mundo. Uno de esos lugares, fue Chile, que ha sabido de una actividad periódica y constante desde la aparición del Primer Manifiesto. Ésta aventura en suelos nacionales, es la que revisaremos en el siguiente ensayo.
El Surrealismo como movimiento revolucionario, que busca la liberación del ser humano en todos sus aspectos, ha tenido una larga historia de un siglo en la cual se ha manifestado en las ideas, así como en las diversas artes y expresiones culturales. Ese pensamiento se expresa como fuerza creadora interviniente en la literatura, la plástica, el cine, y hoy con más fuerza también en la música, la danza y el teatro. Así también, se están difundiendo cada día publicaciones con sus ideas, que al no estar sujetas a conceptos dogmáticos, se van encontrando con los nuevos desafíos que le impone el medio social-cultural y político y de esta manera adaptándose y cambiando en ciertos postulados, al ir recogiendo la problemática del nuevo siglo. En este sentido no podemos hablar del Surrealismo como una escuela literaria ni artística, ya que su esencia manifestada se expresa de diversas maneras en los diversos medios expresivos, aunque siempre en pos de la búsqueda de lo maravilloso, y con un claro y fuerte mensaje de transformación revolucionaria. Entonces lo correcto no es hablar de literatura surrealista, si no que del Surrealismo en la literatura o el Surrealismo en la pintura, etc. y en ese sentido, dadas las circunstancias actuales; el ejercicio del acto creativo transformador de la vida y la sociedad, hoy se hace aún más necesario como agente liberador. Por lo mismo, este movimiento nunca desde 1919 ha cesado sus actividades en busca de lo que Breton definió como “el oro del tiempo”. Hoy el Surrealismo sigue muy presente en la creación literaria en los cinco continentes, y en esos trabajos, la manifestación de lo ignoto, el eros, lo delirante, lo onírico y los planteamientos de insumisión al sistema neoliberal, entre otros, son sus características más visibles, porque es bien entendido por los surrealistas que mientras la humanidad camine en las sombras, habrá un faro de luz insumisa que impulse un cambio social y la transformación del espíritu. Recientemente, hace unos años, a propósito de los sucesos que acontecen en el mundo, y especialmente en lo que concierne a lo político y cultural se ha emitido una declaración por parte del Movimiento Surrealista Internacional, el cual cito: “La pintura, la poesía, la fotografía, la escultura y el cine, entre otras actividades, son, para nosotros y nosotras, medios para transformar nuestra relación con el mundo. La inspiración poética no es un fenómeno secundario para nosotros y nosotras; es esencial para todo arte auténtico. Abandonar la inspiración poética en aras de las presiones sociales o del mercado daría lugar a la absurda consecuencia de destruir el espíritu creativo en sí mismo”.
CHILE 1925- 1938 | En 1924 cuando se hace público el Primer Manifiesto del Surrealismo, un poeta chileno, Juan Emar (pseudónimo que es su Alter ego, proviene del argot francés “yo estoy hasta la coronilla o “J´en ai mare”.) Quien en sus sucesivos viajes se encuentra en París teniendo contacto con el grupo en formación en torno a Breton. Emar entonces conoce de la publicación del primer manifiesto y le pide a su esposa Sara Malvar que transcriba y traduzca el texto del primer manifiesto de André Breton de 1924, y publica su texto el lunes 23 de marzo de 1925 apareciendo como: Manifiesto del Suprarrealismo (sic), página 09 Nota de Arte número 39. Emar es un influyente vanguardista de la época y junto a Vicente Huidobro serán quienes alienten y estimulen los inicios del Surrealismo en Chile. Ambos con sólida formación y con capacidad de ver la anquilosada realidad chilena de la época y plantearla críticamente, ven en las vanguardias europeas una posibilidad de expansión cultural. Ellos y su grupo de incondicionales abren un camino en la defensa de la escritura fundamentada del arte moderno y tratan de hacer adeptos locales.
La gran distancia con los centros de arte y como estas noticias del arte de vanguardia, son conocidas tempranamente provocan una nueva la valoración del trabajo del grupo encabezado por Emar que se integra en febrero de 1923 al periódico La Nación donde inicia sus escritos, que son un cúmulo de tareas de sus colaboradores. Son ellos, los más fieles promotores de las nuevas ideas del arte del siglo XX. Entre ellas el cubismo, el futurismo y el surrealismo, estilo de escritura que maneja para redactar su “Umbra” (nombre con que se titulaba su columna en el periódico) que son parte del patrimonio poco publicitado y no reconocido en función de la llegada a Chile de las ideas del Surrealismo. Es conveniente agregar algunos nombres de toda una generación casi extraviada, Jaime Dvoreski (Dvor), Carlos Sotomator, Gabriela Rivadeneira (segunda esposa de Jean Emar), María Valencia Díaz, Waldo Parraguez, que cerca de 1933 y el 35 ya exponen sus avanzadas obras plásticas en exposiciones surrealistas tanto en Chile como en Lima.
En febrero del ´35 Cesar Moro organiza con Emilio Westphalen la primera exposición surrealista de Latinoamérica, en la Academia Alcedo de Lima. Participan Moro y los chilenos: J. Dvor, W. Parraguez, G. Rivadeneira, C. Sotomayor y Valencia Díaz., los trabajos son trasladados por la propia María Valencia, que ya habían realizado en su país, en 1933 y en ´34, una inicial exposición de arte abstracto.Sobre esta muestra en Lima en ´35, se investiga a la luz de sus obras de Cesar Moro y los chilenos una exposición de Pintura Nueva, en la que participan junto a treinta y ocho pinturas de Moro, María Valencia Díaz, viaja con el envío chileno de los jóvenes integrantes del inicial proto-surrealismo chileno. El título de esa primera muestra: Exposición de las obras de Jaime Dvor, César Moro, Waldo Parraguez, Gabriela Rivadeneira, Carlos Sotomayor, María Valencia Díaz.
CHILE 1938-1960 | Mandrágora es un grupo esencialmente de Surrealismo literario, que se inicia con su creación poética en 1932-1933 primeramente en Talca para posteriormente trasladarse a Santiago, donde su mayor actividad fue entre los años 1938- 1944, con los exponentes Braulio arenas, Enrique Gómez Correa, Jorge Cáceres y Teofilo Cid.
Hay que entender que el impulso de este grupo surrealista se dio gracias a que Vicente Huidobro traía de sus diversos viajes a Francia, revistas y mucho material que tenía que ver con éste movimiento (Revista Littérature, y publicación del Manifiesto Surrealista entre otros). Pero este grupo de jóvenes deciden una década más tarde actualizar el concepto y contextualizarlo dentro de una realidad intelectual nacional incorporándole elementos propios de nuestra cultura chilena. “Escribieron a André Breton, quien, sorprendido de tener seguidores en estas latitudes, los acoge y les concede la venia para explotar su “marca registrada” como mejor les pareciera.”
El 11 De Julio de 1938, en La Universidad de Chile anuncian el nacimiento del grupo con el lanzamiento de su revista Mandrágora: Poesia, Filosofía, Pintura, Ciencia, Documentos.
La revista alcanzó a publicar un total de siete números, desde 1938- 1943 en los cuales participaron diversos artistas e intelectuales chilenos tales como; Gonzalo Rojas (La miseria del hombre), Fernando Onfray (Trillada fábula en pro de la abolición del colmillo), Gustavo Ossorio (Presencia y memoria), Jorge Cáceres, Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, el pintor Eugenio Vidaurrázaga, Mario Urzúa, el músico Renato Jara, Alejandro Gaete y Mario Medina.
Mandrágora se postula como prolongación y en sincronía con el surrealismo que asoma en el viejo continente, especialmente con el Grupo de París que es su origen. Por aquellos años surge un fenómeno de un ascenso de capas sociales medias, ligadas al Frente Popular durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, pese a este ambiente, el grupo no participaría activamente en la vida política-social de aquellos años de procesos revolucionarios en Chile, manteniéndose circunscrito a la agitada actividad literaria e intelectual de la época. Si bien, el énfasis que tuvo éste grupo en sus primeros momentos fue encumbrarse como un proyecto que buscaba la socialización dentro de un discurso político, el cual era coincidente con sus pares europeos, los cuales propiciaban la destrucción del capitalismo imperante reuniendo de algún modo los principios marxistas, pero sin colaborar directamente con proyectos de la izquierda política del momento. Luego hubo un distanciamiento frente a este postulado y se apegaron hacia los manifiestos del surrealismo francés que se distanciaba del Comunismo Stalinista. Posteriormente, la búsqueda y el enfoque dentro del Surrealismo que siguió el grupo se acercaba netamente al culto del inconsciente freudiano.
Para éste grupo más allá de la organización social de masas en contra del poder burgués la clave estaba en la liberación del pensamiento y en una actitud frente a la vida cotidiana, lo que se ve reflejado también en sus poesías y publicaciones en la revista homónima.
Dentro de las actividades expositivas del grupo se debe contar la de Santiago en 1941. Se realiza Primera Muestra Surrealista del grupo Mandrágora en La Biblioteca Nacional en diciembre de ese año.
Se hace referencia en una página del periódico: El Siglo del 31 de diciembre de 1941, posteriormente en 1943 organizan la exposición titulada Soireé Surrealista, el 28 de junio. Una muestra compuesta de objetos, dibujos y collages de Jorge Cáceres Toro y Braulio Arenas. Postulo que ambas actividades son en la Mueblería-Galería Rosemblatt.
Es preciso además dar antecedentes de la Exposición Internacional del Surrealismo de 1948, con obras de los ya consagrados surrealistas internacionales y los collages, de los miembros locales, esto en la Galería Dédalo de Santiago, desde el 22 de noviembre al 04 de diciembre del ‘48. Inmediatamente después se monta e inaugura en la misma galería la primera muestra individual de Roberto Matta, desde diciembre de 1948, hasta enero de 1949 (quien además retornaba por primera vez a Chile).
Éste grupo publicó el libro “El A, G, C de la Mandrágora” en el año 1957, teniendo solamente 500 ejemplares numerados y donde Incluye a Braulio Arenas, Enrique Gómez Correa y Jorge Cáceres. Esta edición particularmente no integra a Teófilo Cid, porque, supuestamente había impugnado la inconsistencia del grupo en sus trazados surrealistas y porque parte de sus comportamientos eran contrarios a la integridad de la norma vanguardista.
Este quizás fue el último acto de Mandrágora, después estos poetas continuaron separadamente sus respectivas carreras literarias, en el caso de Jorge Cáceres ya había fallecido en 1949, Teófilo Cid seguiría escribiendo y publicando hasta cerca de mediados de la década del 60 (fallece en 1964), Braulio Arenas hasta fines de los 80 pero sus escritos se fueron alejando de los postulados surrealistas hasta concluir en un distanciamiento irreversible. En cambio Gómez-Correa siempre se mantuvo dentro de los lineamientos del Movimiento Surrealista.
Otro poeta importante cercano a Mandrágora es Rosamel del Valle, quien Gómez-Correa diría de él: “Sólo Rosamel del Valle pudo haber pertenecido a Mandrágora “. Aquí se hace necesaria una aclaración: a pesar de haber estado en contacto con ciertos poetas de Mandrágora y de la innegable realidad de que sus poesías se acercan al ambiente surrealista, Rosamel del valle no puede ser considerado -ortodoxamente- un surrealista, como tampoco uno de los precursores. La fase definitiva de la obra de Rosamel del Valle (nacido en 1901 y muerto en 1965) empieza con su libro Orfeo (1949). Un poeta cuyo trabajo corrió a veces paralelamente con el surrealismo, pero que nunca hizo parte de un grupo, de una corriente, de una generación: un francotirador, ¡y de los grandes! Lo mismo se puede afirmar de Los poetas Carlos de Rokha, Eduardo Anguita, Juan Negro, Stella Díaz Varín, Gustavo Ossorio, Humberto Díaz-Casanueva, Dámaso Ogaz, y el mismo Juan Emar, a quienes yo denomino surrealistas sin militancia. Este grupo de poetas designados en algunas oportunidades como poetas herméticos o metafísicos, en realidad poseían toda la esencia que distinguía a la poesía surrealista. Todos ellos animaron gran parte de la escena de los años 40 en adelante al igual que los poetas de Mandrágora.
Punto aparte es el pintor Haroldo Donoso (1905-1958) quien práctica una pintura surrealista Profesor de pintura de Dámaso Ogaz y amigo de Ludwig Zeller, es el único que mantiene su posición dentro del imaginario surrealista, a diferencia de los pintores del 35 que paulatinamente cesan en su entusiasmo por estas ideas.
CHILE 1961-1973 | Estos años cuentan con la aparición y surgimiento de un número de surrealistas de características interesantes en términos de su rol como pivote o eslabón entre las primeras manifestaciones surrealistas y la de las generaciones actuales. A diferencia de la generación precedente, estos estaban ligados además a la plástica. Pese que no conformaron un grupo surrealista como tal, sus diversas y permanentes acciones dejaron huella para las generaciones futuras, ya Matta había realizado varios de sus viajes a Chile, pero su contacto con esta tierra no hacía resurgir una simiente nueva para la surrealidad en estas latitudes, debido a que sus permanencias temporales hacían difícil esta labor. El grupo en torno a “Mandrágora” se había disuelto, Jorge Cáceres había fallecido y Cid ya no participaba del grupo
En 1961 Dámaso Ogaz viaja a Venezuela y en el 62 a Europa, y es en París donde se empapa de las ideas del Surrealismo, vuelve a Venezuela en 1967 y se integra a las actividades literarias de “El techo de la ballena” y una fuerte actividad en el Mail Art.
Con la muerte de Donoso y la decisión de Ogaz de no volver más a Chile.
Entonces por eso años fue fundamental la labor de empuje y difusión que realizaron Ludwig Zeller y Susana Wald, quienes se conocieron el año de 1963 y que a partir de entonces concentran una actividad surrealista fecunda que perdura hasta el día de hoy y que ha sido inspiración para todas las generaciones posteriores. Es así mismo célebre en 1968 por parte de Zeller y Wald, la fundación de la “Casa de la Luna”, que fue un café cultural y una revista del mismo nombre del que aparecieron dos números. Esta actividad tuvo un tremendo impacto sobre las generaciones jóvenes de la época, engendrando un impulso vital que se percibe hasta nuestros días. En ese lugar, comúnmente se congregaban varios centenares de personas para ver filmes, realizar exposiciones y asistir a conferencias. Posteriormente, en lo que se constituye como un hito cultural en nuestro país. Ludwig Zeller junto a Susana Wald, en 1970 organizan “Surrealismo en Chile, El entierro de la castidad” exposición de gran repercusión, que se celebra en la Universidad Católica de Chile, donde piden hacer un montaje sin censuras y en lo que fuera el mayor resumen de la actividad surrealista en Chile hasta la fecha. Ahí se incluyeron obras de Roberto Matta, Haroldo Donoso, Rodolfo Opazo, Valentina Cruz, Carmen García, Viterbo Sepúlveda, Susana Wald, Ludwig Zeller, Dámaso Ogaz, Nemesio Antúnez, Enrique Zañartu, Juana Lecaros y otros. En 1971 víctimas de las presiones políticas de los dos bandos, ambos emigran a Toronto Canadá, donde fundan y dirigen Oasis Publications. Hoy viven y trabajan en Oaxaca, México.
MATTA EN CHILE | Como citara anteriormente el primer viaje de Matta a Chile, se realiza en 1948 con ocasión de la celebración de la exposición del Surrealismo animada por Braulio Arenas y Jorge Cáceres, en esa oportunidad además realizaría otras muestras en el país, siendo su estadía cercana a seis meses. Los vínculos de Matta con Chile contrario a lo que se piensa fueron muy cercanos, viajó en ocho oportunidades, siendo seis de ellas de varios meses. A partir del año 1961, ocasión que pinta un gran formato para la Universidad Técnica, es que comienza a involucrarse mayormente de los hechos sociales y políticos que transcurrían en Chile, los que culminan con el apoyo abierto al triunfo de la “Unidad Popular en los comicios de 1970 y que llevarían a Salvador Allende al poder liderando la fórmula de “Vía chilena al socialismo” una suerte de revolución en democracia en la cual Matta demostró mucho interés y cercanía, viajando en dos oportunidades para apoyar el proceso de transformación que vivía por entonces la sociedad chilena. Ese año de 1961, Ludwig Zeller quien por entonces estaba a cargo de la Galería de Arte del Ministerio de Educación organizó y curó una muestra de Matta en la capital, siendo este encuentro un azar que permite a Matta tener la oportunidad de realizar una individual supervisada por otro surrealista que después seguiría sus pasos al viajar e integrarse al movimiento fuera de su país. Zeller junto a Wald serían años más tarde en los 90, el eslabón entre Mandrágora y las nuevas generaciones surrealistas emergentes.
En el año de 1971, es cuando Roberto Matta, vuelve a aterrizar en Chile, para convocar a brigadistas de las Brigadas Ramona Parra (BRP) a realizar en conjunto un mural titulado “El primer gol del pueblo chileno” con motivo del primer aniversario del triunfo del gobierno popular y destinado para el habitante de esta comuna de evidente carácter proletario. El Surrealismo, debía estar presente e inserto en el conjunto de escenarios donde se realizaba una revolución libertaria, y donde se planteaban temas que exponían las ideas del amor, libertad y poesía. Este trabajo mural, fue realizado en 15 días y fue pintado en ese año junto a estos jóvenes muralistas de propaganda callejera. Algunos de estos brigadistas que estuvieron cerca de Matta, siguieron el camino del arte, y ligados al muralismo, como el pintor “Mono” González. El mural estaba tomando cuerpo, y en sucesivos días de trabajo, se inauguró este mural colectivo el día domingo 28 de noviembre de 1971. Durante el trabajo del mural Matta se ausentó unos días y viajó a Isla de Pascua periplo que le serviría para revitalizar su iconografía con la imaginería del pueblo Rapa Nui.
Este mural posteriormente desaparecería durante los días siguientes al derrocamiento del gobierno de Salvador Allende, ya que uno de los tantos actos de barbarie de la dictadura militar, fue el de ordenar el borrado del mural, al cual posteriormente, y en sucesivas ocasiones, se le fueron agregando nuevas capas de pintura, tanto así que inclusive en algún momento se le agregó el logotipo de la DIGEDER (Dirección General de Deportes y Recreación) Organismo perteneciente y controlado por el régimen de facto.
Pero hoy se puede apreciar en gran parte esta obra que quiso ser acallada, gracias a la iniciativa de poner en marcha la restauración y despeje de las capas de pinturas sucesivas a las que fue sometida esta obra, con el objeto de desvelar nuevamente su mensaje dirigido a las masas populares. Este hecho tuvo amplia cobertura el año 2008, fecha de su restauración. Era el triunfo del Surrealismo libertario sobre las sombras del imperialismo que lo quisieron acallar.
En 1972 Matta viaja a Chile para ayudar en el diseño de afiches para las elecciones parlamentarias de ese año. En los años siguientes a 1973, durante la dictadura de Pinochet, se le negaría la nacionalidad chilena y su pasaporte sería caducado. Sería la última vez que visitaría Chile, con el retorno de la democracia el año 1991, su edad avanzada le impedirían retornar y sus contactos serían epistolares o vía imagen satelital.
CHILE 1973-1995 | Con la ocurrencia del golpe de estado en Chile y la instauración de una de las dictaduras más feroces del continente, el Surrealismo sin Zeller y Wald ha perdido impulso, varios participantes y cercanos de La casa de la Luna se han refugiado fuera de Chile y las acciones se centran en la resistencia desde los partidos de izquierda. Son años en que la actividad surrealista chilena prácticamente ha desaparecido. Es entonces cuando el Surrealismo chileno se reforja en el exilio, jóvenes como Mario Murúa (n.1952) se ven forzados a partir al igual que Jorge Leal-Labrín (n.1953) quienes se instalan en París y Freddy Flores Knistoff (n.1948) en Holanda donde funda junto a Rik Lina CAPA (Colective Action Painting Amsterdam). Leal-Labrín también participa por un tiempo en este grupo de pintura automática para después desvincularse definitivamente, además de este paso por CAPA realiza múltiples exhibiciones en Europa, para llegado un momento volver definitivamente a Chile en 1995. Es al año siguiente cuando se contacta con los jóvenes que están comenzando a formar la Revista Derrame en la Universidad Andrés Bello de Santiago, ya que él era profesor de esa casa de estudios. Leal-Labrín sería colaborador a partir del segundo número de la revista y un indudable aporte dado sus conocimientos y vinculación con el Surrealismo internacional. Por esos años él es casi exclusivamente el único chileno en realizar una actividad surrealista como tal en el país, donde expone, da clases, charlas y organiza happenings en los cuales el Surrealismo es tema central o esencial. Por su parte Mario Murúa quien ha formado en París el colectivo Magia-imagen viaja constantemente a Chile compartiendo gran parte de su quehacer plástico y poético con esta parte del mundo, así mismo forma talleres de pintura para jóvenes iniciados, dando forma en Chile a un nuevo quehacer llamado Canimagen (caníbal de la imagen). Desde los años 90 en adelante Murúa realiza decenas de exhibiciones en galerías y museos de Chile y al igual que Matta su residencia en París no lo desarraiga de sus orígenes y mantiene fuertes lazos sobre todo con su ciudad de nacimiento, Valparaíso.
CHILE 1996-2011 | El grupo surrealista Derrame se va conformando a partir de la convocatoria surgida de la Revista homónima que nace en 1996. Su primer formato fue un fanzine literario de diez páginas (impreso en fotocopias y con ilustraciones de Aldo Alcota) realizado por un grupo de estudiantes de periodismo de la Universidad Nacional Andrés Bello. La publicación reunía creaciones poéticas de los colaboradores y algunos dibujos. Por esos años Jorge Leal-Labrín realizaba clases en esa universidad y se decidió a apoyar y colaborar con este colectivo en sus primeros números. Desde entonces el grupo Derrame ha sabido sobrevivir durante casi 15 años, donde de los integrantes originales permanecen Aldo Alcota y Rodrigo Hernández. En principio, el grupo surrealista Derrame no existía como tal, solo era un grupo de trabajo en torno a la edición y publicación de esta revista literaria surrealista.
Muchos de los iniciadores de la Revista Derrame se retiraron, quedando a cargo Rodrigo Hernández Piceros y Aldo Alcota con el proyecto inicial.
En 1999 se decide crear un nuevo número que adoptó la forma de revista manteniéndose hasta el día de hoy. Se presentó un mejor diseño y se reunieron artículos que se acercaban al ensayo y al análisis del Surrealismo. La revista Derrame comenzaba su etapa de madurez y se comenzaba a gestar el Grupo surrealista. En aquella edición, colaboraron Jorge Leal Labrín, Gregorio Paredes, y Jorge Solís.
Roberto Yáñez aportó con sus poesías, y posteriormente se uniría al grupo.
El rumbo que toma la Revista “Derrame” es el Surrealismo y en ella se da espacio para difundir a los integrantes del grupo ‘La Mandrágora’ fieles representantes del surrealismo chileno en la década del treinta y cuarenta.
La primera apología fue para Teófilo Cid. En los demás números se rindió un homenaje a Enrique Gómez-Correa, Jorge Cáceres y Braulio Arenas.
Con el número tres, en el año 2000, comenzamos a recibir apoyo de la Universidad Andrés Bello quienes financian la edición. Fueron quinientos ejemplares y con más de sesenta páginas es la nueva. Se nombran editores: Rodrigo Hernández Piceros, Aldo Alcota y un tercero, el poeta Roberto Yáñez. Ese año se consolida la revista tanto a nivel nacional como internacional.
Un ejemplar del tercer número de la Revista Derrame fue enviado al animador del ‘Movimiento Phases’, el teórico francés Édouard Jaguer quien residía por esos años en París. Con quien se inicia una actividad de contactos y epístolas, con un viaje de Aldo Alcota el 2002 a su casa y otra de Enrique de Santiago el 2005, para recoger las obras de la muestra Phases-Derrame en Chile. Estos contactos de amistad durarían hasta la fecha de su muerte.
También nuestra Revista llega a las manos de la señora Natalia Fernández Segarra, hija del pintor surrealista español Eugenio Granell, y que además se encarga de dirigir la Fundación-Museo que lleva el mismo nombre de su padre, en Santiago de Compostela, España.
A partir del tercer número de la Revista se dio vida al Grupo Derrame, colectivo de inspiración surrealista. Además, se une la presencia de un nuevo editor, el poeta Rodrigo Verdugo.
Algunos artistas que toman contacto con Derrame y reciben nuestra revista: Sergio Lima en Brasil, Artur Cruzeiro Seixas en Portugal, Alejandro Puga en Argentina… Todos son figuras esenciales del surrealismo internacional, que dan su apoyo incondicional a la revista.
La Revista Derrame cuatro, cinco y seis siguen con la trayectoria de las anteriores: ensayos, poesía, arte, crítica de libros, dibujos, fotografías y homenajes a los integrantes de ‘La Mandrágora’, etc. Por esos años se produce el acercamiento de Stella Díaz Varín quien es considerada una inspiración de vida surrealista para el grupo.
Se unen desde Sao Paulo, Brasil, el artista Konrad Zeller, con un importante trabajo en poesía y collages; el mexicano Enrique Lechuga, músico y artista surrealista, fundador de la página web “Sonambula, Surrealismo Latinoamericano”.
Entre el 2001 y el 2003 el Grupo Derrame desarrolla más de cinco actos artísticos realizados en el Teatro Cámara Negra, el Café Forestal, la Biblioteca Nacional y el Museo de Arte Contemporáneo. Es en el Museo donde se presenta la Revista Derrame 5 con la participación de sus integrantes. El año 2002 comienza a funcionar la editorial “Derrame”, cuyos títulos hasta el momento son: ‘Nudos Velados’ poesía de Rodrigo Verdugo, ‘Color Lux’ poesía de Carlos Sedille, ‘La perseverancia del sueño’ de Rodrigo Hernández Piceros y Poemics de Daniela Gallardo Z.
El año 2004 aparece la Revista Derrame 6 y es presentada con una lectura de poesía y performances.
Durante Noviembre del 2004, el Grupo Derrame, más la participación del pintor Enrique de Santiago, Miguel Ángel Huerta e Iñaki Muñoz colaboran en una exposición para recordar a Matta en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende en Santiago, que llevó por nombre “Matta Au Milieu des fauves” que tuvo exposiciones, recitales de poesía y mesas redondas en otros lugares de Santiago como el Auditorio del Diario La Nación (donde funcionó por un tiempo la Galería Derrame, antiguo punto de reunión del Grupo “La mandrágora”); el Centro cultural ex Hospital San José, la Galería Centro Norte, etc. Y que contó con la presencia de obras y poesía surrealistas de autores como Alcota, Yañez, Verdugo, Cruzeiro Seixas, Jean Benoit, Puga y los antes mencionados Enrique de Santiago, Miguel Ángel Huerta, Iñaki Muñoz, además de José Duarte, quienes se unen al grupo a partir de ese momento.. Comienza entonces una estrecha colaboración que se materializa en la respuesta a una convocatoria desde el Museo de la Fundación Granell, donde se realizó ‘Derrame-Cono Sur o el viaje de los argonautas’, exposición que se realizó en Santiago de Compostela, en la Fundación Eugenio Granell.
En esta muestra fueron invitados grandes amigos latinoamericanos: Víctor Chab, Gladys Gómez y Alejandro Puga (Argentina) y Konrad Zeller (Brasil)
En el 2005 el Grupo Derrame ha crecido, ya que se han unido los actores Daniel Madrid y Bessie Porta. Además durante ese año se suma la performance y el teatro en dos exposiciones internacionales que se realizan en Chile: Phases-Derrame La emancipación poética en la Galería Artium (exposición que marca un hito en la historia plástica chilena, ya que es la primera vez que una muestra de Phases se realiza en Chile) y La Voz del Animal Metafísico en la Sala Guillermo Núñez y que continuó con una itinerancia en la Galería Taller de Rokha, en enero de 2006. La muestra de Phases Derrame, sería la última supervisada por el mismo Edouard Jaguer. En esa oportunidad Edouard Jaguer escribió un texto especialmente para el catálogo, y se contó con la colaboración de Jean Michell Goutier y un texto de Roger Galizot, seleccionado por Jaguer.
En noviembre de 2005, se estrenó en el Cine Arte Alameda el cortometraje Meninas Patanoicas de Manuel Basoalto, realizado a partir de animaciones de Aldo Alcota.
Lo más importante del año 2006 fue la publicación de la revista Derrame 7 que contó con un artículo “In memoriam” a Edouard Jaguer, y a la poeta surrealista Stella Díaz Varín. Para el 2008 el grupo es invitado a participar en la exposición Internacional de Surrealismo “O Reverso do Olhar” en Coimbra, Portugal y en ‘La Historia de la literatura latinoamericana’ realizada por los investigadores Mieszko Kardiny y Pawel Rogozinsky en Szczenin, Polonia.
En junio de este año, Aldo Alcota inaugura su exposición individual ‘Delicias de lo grotesco’ en el Museo-Fundación Eugenio Granell en Santiago de Compostela, España.
Durante el primer semestre del 2009 se presentó en Santiago de Chile la Revista de poesía ‘Labios menores’ dirigida por los poetas Roberto Yáñez y Rodrigo Verdugo.
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En ese año el Grupo Surrealista Derrame estaba compuesto por: Aldo Alcota, Roberto Yáñez, Rodrigo Verdugo, Miguel de Carvalho, Carlos Sedille, Miguel Ángel Huerta, Magdalena Benavente, Enrique de Santiago, Braulio Leiva y Rodrigo Hernández Piceros. Este mismo año Enrique de Santiago y Ximena Olguín junto al Grupo Derrame organizan la Exposición Internacional del Surrealismo “El Umbral Secreto” con la participación de 188 surrealistas, y la visita de 17 amigos venidos del extranjero, fueron 7 días de actividad con exhibiciones de obras plásticas, conferencias literarias del pensamiento surrealista. Al año siguiente con la organización y curaturía de Enrique de Santiago y Ximena Olguín se lleva esta muestra en diversas ciudades de Chile, que concluyen en la ciudad de Valparaíso el octubre del 2010 con una exposición de obras visuales, un ciclo literario que contó con la presencia de Carlos M. Luis, Jorge Kleiman, Mario Murúa, Rodrigo Hernández y Mario Soro y Ludwig Zeller (quien además por esos días inauguraba una gran muestra de collages en Santiago titulada “Regreso al Oasis”). Se realizó además un ciclo de cine y video surrealista y un encuentro de Performances que dieron cuenta de la actividad surrealista en los espacios públicos de este puerto que fue sede del Forum Universal de las Culturas, donde el Surrealismo llega a subvertir con sus ideas y propuestas todo aquello establecido por el sistema que subyuga al ser humano.
En los últimos años ha surgido una nueva camada de surrealistas jóvenes quienes han colaborado con las exhibiciones como en las publicaciones surrealistas de Chile, dentro de estos se cuentan nombres como Magdalena Isaacson L., diseñadora de vestuarios, pintora, collagista y actriz, músico y pintora, Iñaki Muñoz quien colabora desde hace años con “Derrame, es diseñador gráfico, videísta, músico y pintor, Andrés Soto, pintor e instalador, José Herrera Huerta, pintor, Sebastián Riveros, collagista, Claudia Vila y Daniela Sol, ambas destacadas poetas de regiones (Quilpué y Talca respectivamente). También cabe destacar la larga trayectoria que ha tenido Carlos Delgado Páez, tanto en las artes visuales como en la poesía, con variadas exposiciones y publicaciones a su haber.
revista triplov . série gótica . inverno 2019
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EDIÇÃO COMEMORATIVA | CENTENÁRIO DO SURREALISMO 1919-2019
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