dejaré que muera en mí
el ritmo
el gesto
la voz
este nuevo misterio
este agudo sortilegio
existencia
más, más y más
sinrazón para escribir
dejaré que muera en mí
esta presencia
el mar, el cielo que conozco
el viento con sus aves
esta torre de piedra
este campo de nubes blancas
que se extienden
bajo
el vuelo
de un solitario privilegio
DIGITOSCRITO ENCONTRADO EN LA PLAYA DEL FRANCÉS
en busca de turistas para sobrevivir a la pérdida vital
los niños de la playa del francés alejados de la escuela
aprenden
idiomas y costumbres nuevas
dos, tres, cinco reales deben llevar
a sus padres-hijos como una cuota
diaria para el almuerzo
entonces
van y vienen en la arena
como todos, se mojan y ríen
entre vendedores ambulantes
y bañistas ciegos nos acompañan y guían
son
tablas de salvación
en
éste
nuestro
propio
naufragio
"La vida es construir puentes sobre corrientes, que pasan"
Gottfried Benn
DISCULPA PARA UNA OVEJA IRREAL
perdóname oveja
pero las palabras
transmigran
una a una
al gran libro
mueren como nosotros
también
gota a gota
como el hombre
que corta tu lana invisible
y que cada noche teje incansablemente
para
abrigar
sus
fantasías
PALABRAS DE REBAÑOS DIFERENTES
primero
perdió la palabra mano
el mapa
la dirección
el viento
luego perdió el negro y el rojo
el azul, el verde
el amarillo
las nubes de ceniza
y todo el tiempo del mundo
palabras
de rebaños diferentes
se encontraban
a esa altura del sol
en
el
centro
de
una
niebla
luminosa
para él todo
era ciudad
extranjera
(De “Un sin nombre”)
TRES MUJERES, UN PIANO, UN GATO,
Y UNA TORMENTA
a Alexandra Keim
Es difícil ser un pájaro
y volar contra la tormenta sobre
la cicatriz de la Tierra
mejor es como un gato estar
siempre atento a las brasas
cerca de la chimenea
y escuchar
siempre atento escuchar
a tres lenguas diferentes hablar
un idioma a la vez fascinante
a la vez misterioso y conocido
oír e ir en su música
en sus luces y propias
y universales sombras
fotografiar
por tan solo un segundo
fotografiar con la mirada sus perfiles
de ser posible
flotar
dentro
de la sala
como
un pájaro
en
la
tormenta
(De “Marnay: Notas de un cotidiano”)
UNA VISITA AL ZOOLÓGICO FANTASMA
"Libre de la enfermedad aun en medio de la enfermedad"
Yagyu Munenori
He visto tanta mierda de perro
en las calles de París que debo
caminar con cuidado en la noche
es cuando me parece entonces
escuchar a niños y niñas fantasmas
reír en la fila a la entrada del
zoológico que para ellos aquí se levanta:
un desfile de elefantes blancos cruza
la plaza del Louvre haciendo
malabares con obras de arte y restos
de arqueologías extraterrestres, jirafas
corren por los Campos Elíseos comiendo
las luces navideñas que crecen en
sus árboles, ballenas, delfines,
patos salvajes nadan por el Sena
tragando turistas desprevenidos
que encienden flashes en sus narices
leones copulan hambrientos
sobre los tejados como reliquias
de cristal de una ciudad inminente...
Hipopótamos ebrios se atascan en sus
calles serpenteantes, en sus arcos triunfales,
en su torre famosa...
Galeristas confusos
corren tras caballos libres de
carrusel que llevan grabada una estrella
de oro en su flanco...
Bandadas de aves tropicales cubren la luna
de plumas de plástico que
osos vestidos a la moda soplan
con ventiladores nucleares desde
globos que intermitentes suben
y bajan por escaleras invisibles
que águilas ciegas traen
desde Nôtre-Dame...
Campanas-nubes cargadas de
perfumes humanos llueven
al final de esta noche sobre
el zoológico de plasma y todo
vuelve en los ojos de un gato
sabiamente
a ser luz solar
y París
París
es
otro día.
(De “Devagar”) |