Proceso circular en donde el tiempo no avanza sino sometido a la Ley. El
concepto de Ley juega aquí, como en el principio de la metafísica occidental
un importante papel. "Tu destino es seguir, siempre susurró Felicitas desde
más arriba de las nubes , mientras Felicitas vagaba a orillas del río.
¿Caminar para siempre? No quiero. Parece una maldición. No se trata de
querer o no querer, es seguir la ley. Seguir la Ley siempre está bien
persistió Felicita, arriba. Pero es aterrador. Caminar por toda la
eternidad. Acá no hay peso ni medida. No es caminar, es avanzar"... La
voluntad solo puede liberar aquí, como en el proceso cíclico del retorno,
queriendo el destino. Y esta novela, que no se quiere así solo
reconstrucción arcaica, sino búsqueda del hombre total, solo puede concebir
el futuro como," destrucción incesante para la recepción del pasado, como lo
nunca sido". Novela metafísica en donde el ansia de redención no alude a
Dios para conservar la pureza de un cuestionamiento más originario y
profundo. El Búho es el signo de la ley, del destino como proveniencia y
deseo oscuro de la unidad. El sexo, por ejemplo, en "A la Sombra del Búho",
es vivido es calidad de abismo ontológico y no de sentimiento o pasión. El
sexo es la correspondencia a la oculta unidad de los contrarios.
Solo a partir de él el hombre encontrará el fundamento de un posible origen
de jerarquía a base del ser como totalidad. Solo en la lucha agonal de los
sexos puede también el hombre aspirar a la superación de la caída, del doble
que todo ente lleva en sí como abismo y desgarradura. Y la belleza es el
desgarrón de la lucha, en donde el ente resulta tocado por la iluminación
del ser que no es lo simplemente placentero. Y al final de esta dialéctica
sin mediaciones, espacio y tiempo serán la oculta verdad del ser: y mito y
logos uno en la superior unidad de la diferencia.
Gualterio Mendiburu es aquel donde la tierra como orden impone sus leyes
oscuras, lo mismo que Felicita. Walter y Melita son el mundo liberado a la
impotencia de una subjetividad, que ha olvidado la fuerza originaria de la
apariencia, como otra medida del ser. Un mundo librado a la oponente
representación de la conciencia como "ego cogito" es un mundo sin destino ni
providencias.
Pero en "A la Sombra del Búho", la unión de aquella totalidad estallará
cuando Alter (el otro) y Melita gritan "en universo". En universo es la
unidad de tierra y mundo, de las subjetividad, de la conciencia, de la
Identidad como falsa diferencia y de la unidad como el mito trágico de
Dionisios y también de Asterio.
Una escritura poderosa en lirismo, a veces casi superreal, con un humor ácido que bordea la ironía, alienta en esta novela de montaje con ritmos y
estructuras formales diversas. Además cuando Luisa Mercedes Levinson dice
metafóricamente: "El juri estaba sentado sobre la nada, es decir en
cuclillas, dice ¿sin quererlo?, la oculta proveniencia del verbo ser, del
latín sedere. Es decir: estar sentado en la dicha del desgarramiento, donde
la nada es posibilidad de alumbramiento.