Georges Schehadé

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Poemas de Georges Schehadé
Nota de Rodolfo Alonso

POEMAS
En principio detrás de las rosas no hay manos
Hay un niño que tiene ojos atormentados
Mi amor maravilloso como la piedra insensata
Esa palidez que tú juzgas ligera
Tanto te extravías de mí para volver
A la hora en que el sol y nosotros dos hacemos una rosa
Nadie ha debido encontrarla
Ni el cazador furtivo ni la esbelta amazona que habita
Las nubes
 

Que yo esté allí y todo habrá concluido
Aunque me extravíe
El mal a sus pies es un río muy largo
Ella vela mi pecho dulce
Los ojos salvajes los ojos del cielo
Y el agua eterna está sobre las mesas

 

Como el pájaro que vuela en la iglesia de mármol
A causa de tu memoria te llamaron Muerte

Ye he dicho de no dar ninguna pena a las hojas

El viento sueño principal de los amantes
Ni el niño de tus párpados
Muchacha tan alta como los árboles

A causa de una pena sin rostro
El vino la tristeza y la noche

Mi madre que era más poeta que yo
Mi madre escribía a su hermana:
Como una tierra la voz es dulce

En su mejilla una rosa en su mejilla un libro

 
Cuando tiemble el otoño sobre la montaña
Pone al cuello el ojo de los cisnes
Bellas hay en el viento y la hora es negra
Yo te amo me lo han dicho
 
La lluvia más dulce que rebaños ocres
El agua más blanca sobre sus hombros que la desgracia
Yo no sé si es un signo o una tortura
Esa voz en mi infancia como una manzana
Hay una gran miseria en las aldeas

Pobre Lamartine
He llevado tus notas en un cartón
Y nadie ha tenido piedad de mí ni siquiera la tierra
Ella que tiene la sangre de cada flor

Rostro del Poeta al borde del agua
Tú has desatado toda mi vida como estas barcas

 

Los ríos y las rosas de las batallas
Bandera dulce acunada por el hierro

Llanuras sin país brillaban
Después la nieve malvada y blanca

Las hormigas comían el traje de las maravillas
Qué lentos eran los años

Cuando llevabas delantal de escolar
Cuando dormías cada noche sobre tu infancia

 

A aquel que piensa y no habla
Un caballo lo lleva hacia la Biblia

Un bastón no le da miedo
Porque el espíritu no lo ha dejado

Aquel que sueña se mezcla con el aire

Como esas Madonas que van al abrevadero
Con las hojas verdes de la locura
Y dejan atrás los campos de su país
Para conservar el agua preciosa de la tarde
Esas que me han prevenido
De la calma y la impaciencia de la tierra
Duermen entre el día y la noche
En los jardines de las Escrituras
 

Bajo un follaje indiferente al pájaro asalariado
Digo que las manzanas son justas y bellas
En la tristeza de la mañana
Hablo de una rosa más preciosa
Que las arrugas del jardinero

Porque los libros están en los cuartos
Porque hay agua en el cuerpo de los amantes

Para Saint-John Perse

Dadle la raíz del laurel
Y no esas flores de un día que hacen la ceniza

Poeta de la nieve y el reloj de arena
Cuando lo que es blanco es el honor de la muerte

En esos países que tienen astros y amigos
Mientras los vivos pasan con sus sombras
Los pájaros me enseñan a perder la vista
- Amor
Rostro de sueño sobre el empedrado
Estrella que brilla y que hiere
Pequeña cosa como la flor de Dios