CAPITULO XXII - ORO Y MERCURIO

1—El oro muerto no sirve, hay que vivificarlo.

2—Así como el Sol da su luz a los planetas, así también el oro puede transmutar todos nuestros metales imperfectos.

3—Empero el oro muerto no sirve, hay que vivificarlo, reducirlo a su hembra, es decir a su materia prima, y renacer por retrogradación el camino de la regeneración.

4—El oro Espiritual es el Fuego Sagrado, el pleroma inefable del Espíritu.

5—En vez de eyacular ese oro Espiritual, hay que hacerlo subir por los dos cordones ganglionares para conseguir la regeneración del Ser.

6—Así es como vivificamos el oro muerto, reduciéndolo a su materia prima para convertirlo en oro volátil y Espiritual.

7-El oro volátil es la medicina perfecta.

8—El oro volátil es el Fuego del Kundalini.

9—El oro tiene afinidad con el Mercurio, ambos son incorruptibles y perfectos.

10—Los metales menores son el plomo y el estaño que son blandos, y el hierro y el cobre que son duros.

11—Todos estos metales de nuestra personalidad humana, se transmutan en oro volátil, con los polvos de proyección.

12—Estos polvos son los Elixires blanco y rojo de la Alquimia Sexual. (Véase el Capítulo ELIXIRES BLANCO Y ROJO).

13—En el oro se encuentra la cuadratura del Círculo.

14—El Mercurio y el oro indisolublemente unidos, forman el Caos.

15—El oro fecunda al Mercurio, para que surja la creación.

16—Uno más dos, igual tres.

17—El padre y la madre se unen para que nazca el hijo, y la familia toda junta es el cuatro.

18—Es la cuadratura del círculo.

19—Así pues, la cuadratura del círculo se halla encerrada en el oro volátil.

20—El oro potable es el mismo oro volátil.

21—Ese oro volátil es el Fuego Sagrado del SEXO.

22—El Mercurio se transmuta en Oro volátil.

23—El oro, en ultima síntesis, viene a ser Mercurio perfecto.

24—El Mercurio es el agua del Caos, es el Semen Cristónico que se transmuta en el oro vivo del Espíritu.

25—Según Avicenna, los metales no pueden ser transmutados en oro, sino después de reducirlos a su materia prima.

26—La materia prima de la Gran Obra es el mercurio de la filosofía secreta.

27—Ese mercurio es nuestro propio Semen Cristónico.

28—El SOL es el Padre de todos los metales, La Luna es la Madre.

29-De estos dos Astros depende todo nuestro magisterio del fuego.

30—El Sol es el hombre, la Luna es la mujer: de la unión sexual de ambos depende todo el magisterio del fuego.

31—El hombre y la mujer son el Padre y la Madre de todos esos metales de nuestra personalidad, que tenemos que transmutar en el oro puro del espíritu.

32—Empero, no debemos trabajar en el magisterio del Fuego sin antes haber reducido todos nuestros metales a la materia primal de la Gran Obra.

33—Con esto queremos decir que debemos dejar a un lado toda clase de Teosofismos, Rosacrucismos, Espiritismos, Ferrieriesmos, etc., y comprender totalmente los que es el Mercurio de la filosofía secreta.

34—Raymundo Lulio en su "Clavícula", dice:

35—"Por esto os aconsejo que no obréis con el sol y con la Luna sino después de haberlos llevado a su materia prima, que es el azufre y el mercurio de los filósofos".

36—En otras palabras, esto significa "NO FORNICAR".

37—Debemos acumular todo nuestro Semen Cristónico, para transmutarlo en el fuego vivo del Espíritu.

38—Debemos reducir todos nuestros metales a este Mercurio de la filosofía secreta.

39—E1 Gnóstico solo se una a su mujer, para trabajar con la materia prima de la Gran Obra.

40—Raymundo Lulio, dice:

41—“¡Oh hijos míos! Aprended a serviros de esa materia venerable, porque os lo advierto, bajo la fe del juramento, que si no sacáis el mercurio de esos dos metales, trabajaréis como ciegos en la oscuridad y en la duda”.

42—“Por eso, ¡oh hijos míos! Os conjuro a que marchéis hacia la luz con los ojos abiertos, y no caigáis como ciegos en el abismo de perdición".

43—Así pues, hermanos GNÓSTICOS, guardad el Sexto Mandamiento de la Ley de Dios, que dice: "NO FORNICAR".

44—Aprended a manejar la materia venerable de nuestro Semen Cristónico.

45—Sacad del Sol y de la Luna, es decir del hombre y de la mujer de estos dos metales, el Mercurio de la filosofía secreta.

46—Trabajad con ese Mercurio, y "aprended a serviros de él, para que marchéis hacia la luz, con los ojos abiertos, y no caigáis como ciegos en el abismo de la perdición".

47—Así engendraréis al Rey coronado con la diadema roja, al Maestro de transmutaciones metálicas.

48—Este es el Ave Fénix que renace de sus propias cenizas.

49—Ese es la Salamandra que subsiste entre el Fuego.

50—Ese es el Camaleón universal que se reviste de innumerables colores.

51—A veces es negro, a veces es rojo, a veces blanco, o de distintos colores.

52—Nuestro Mercurio se negrea, se enrojece, se blanquea, y se reviste de mil cambiantes colores, que se observan en las cambiantes atmosféricas del alquimista.

53—Hay que cocer, cocer y recocer, y no cansarse de ello.

54—así transmutamos el Mercurio en oro potable.

55—Así conseguimos el ligamen dé la Cruz con el triángulo.

56—El recipiente debe estar bien cerrado, para evitar que se escape ni siquiera una gota de nuestro Mercurio filosófico.

57-Si la simiente del trigo es arrancada de la tierra durante el proceso de putrefacción, entonces no brota la espiga, y la simiente muere.

58—Así también nuestra simiente no debe ser sacada o arrancada de nuestra tierra filosófica, porque entonces se perdería la simiente y los Universos por florecer, y fracasaríamos en la Gran Obra.

59-La generación va seguida siempre de regeneración, que es la brotación o crecimiento de nuestros seres.

60—Así nosotros debemos reducir el oro muerto a su hembra, a la materia prima, y rehacer por retrogradación, es decir por transmutación, el camino de la regeneración.

61—así convertimos el oro muerto en oro vivificador.

62—Lo importante es no arrancar la simiente de nuestra tierra filosófica.

63—El oro y el Sol poseen todas las virtudes del universo.

64—No olvidéis, hermanos Gnósticos, que nuestra tierra filosófica es nuestro propio organismo humano.

68—No arranquéis de la tierra filosófica las simientes eternas.