BERTA LUCÍA ESTRADA ESTRADA (TRAD.)
In Poesys 23 Poetry Nights, Academia Oriente Ocidente, Curtea de Arges, 2019.
SAN REY SEBASTIÁN
Mi llamado navega en las olas
y con él tu voz me llama,
llega a las playas de Tamariz
allí, donde los delicados encajes se rompen
alrededor de tu cuello
pensante flor de lis.
Tan grande como el mar es el deseo.
El Atlántico invoca al desierto
Allí, reinarás más allá de la muerte
per saecula saeculorum
sin estela y sin amén al final
con el fin de cerrar la controversia.
Santo, yo, per saecula saeculorum
yo imploro.
Te amo, Sebastián.
Flor inmarcesible, ¡yo te amo!
¡Oh caballero, buceador de la noche,
oh mi sábana de esperma coagulada,
sobre la cual, a causa de tu castidad,
las estrellas se funden en lágrimas!
Fíjate, Sebastián, más rebelde que la muerte, más que tú, rey héroe
¡Soy yo! Yo, que no soy rey ni casto
sino soldado,
si, y ¡gay, y valiente y mártir!
YA ERA HORA
Regresas…
¿es hora de una misa de cuerpo presente?
A fuerza de amarte tanto in absencia
Los sagitarios romanos
Cubrieron de sangre mi pecho
Sebastián, mi Sebastián
Eterno en esta playa
Nos narras tu historia
Mientras desenredas mi cabellera
cual rosario de arena
Hablas
A través del rosario de mis plegarias
Dios escucha en las olas
Leyendas de monstruos-niños
¡Cruel es nuestro fado! Tu virginidad
pone una corona de espinas
en mi pene…
Soy el océano Atlántico
Mi deseo navega a través de las olas
Hasta las cimas de mi amor por ti
Soy el que se detiene
Delante de las Puertas de Hércules
Mientras saboreo el nombre de la oliva
y del higo seco
para amarte aquí, o sea, en el Más Allá
LA FUENTE DE VAZ TEIXEIRA
Guinea Portuguesa, mapa de islas.
Archipiélago de recuerdos.
¿La fuente de Vaz de Teixeira aún existe?
Escondida en la floresta, convertida en ruinas,
las piedras transportadas en navíos
desde Portugal
hoy son escombros
transformados en vitrales celestes.
Como catedral de la sabana,
las cintas verdes y amarillas de loros
dejan filtrar la luz a través de las ramas
de los árboles.
Partían cual cascada,
orgullosos de sus libreas nupciales arrugadas.
En la fuente – como en la iglesia
donde tú te desvanecías
cuando, cada mañana de domingo, asistías en ayuno a misa –
sentías la revelación del semántico aliento divino.
No podías entrar en el agua
sin que tus piernas fuesen presa
de sanguijuelas tan grandes como hipopótamos.
Hoy son más pequeñas,
sin embargo, engullen tu alma.
Nota: La traducción del francés al español es de la autoría de Berta Lucía Estrada y la traducción del portugués al francés fue realizada por la autora de los poemas, Maria Estela Guedes.