El esclavo del demonio
ANTONIO MIRA DE AMESCUA

(Vanse los dos y queda LISARDA.)

LISARDA

Basta, que estaba inocente

don Diego, y fue desdichado, 840

pues que la muerte le han dado

por mi culpa solamente.

Si suelen tanto, Señor,

matar dolor y cuidado,

máteme a mí del pecado 845

el cuidado y el dolor.

Hacedme que sienta tanto

el haberos ofendido

que en lágrimas derretido

dé el corazón a mi llanto. 850

Ciegue de mucho llorar,

muera de mucho dolor.

(Sale RISELO.)

RISELO

Ya es de día, pecador;

alto, al campo a trabajar.

LISARDA

Vamos, compañero amado 855

digo a vos, amado hierro,

RISELO

¡Qué a espacio se mueve el perro!

Vaya, pues; harto ha llorado.

¡Ah, don Diego de Meneses!

 
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