El esclavo del demonio |
(Vanse los dos y queda LISARDA.) |
LISARDA Basta, que estaba inocente don Diego, y fue desdichado, 840 pues que la muerte le han dado por mi culpa solamente. Si suelen tanto, Señor, matar dolor y cuidado, máteme a mí del pecado 845 el cuidado y el dolor. Hacedme que sienta tanto el haberos ofendido que en lágrimas derretido dé el corazón a mi llanto. 850 Ciegue de mucho llorar, muera de mucho dolor. (Sale RISELO.) RISELO Ya es de día, pecador; alto, al campo a trabajar. LISARDA Vamos, compañero amado 855 digo a vos, amado hierro, RISELO ¡Qué a espacio se mueve el perro! Vaya, pues; harto ha llorado. ¡Ah, don Diego de Meneses! |