El esclavo del demonio |
(Vase el PRÍNCIPE con DON RODRIGO.) |
ANGELIO No tengas melancolía. ¿Por qué con lágrimas bañas el rostro? ¿No soy tu dueño? ¿Qué te aflige? ¿Qué te falta? Buen amo soy: de dos mundos 385 soy señor, y Dios me llama «grande Príncipe» en su Iglesia, que así mi poder le iguala. Desde la región del fuego hasta la esfera del agua 390 el corazón de la tierra mi mano pródiga abraza. Yo penetro con la vista las avarientas entrañas de la tierra de tesoros 395 y de hombres muertos preñadas. Si acaso estas soledades melancolizan y cansan, y te pide el apetito comunicar gentes varias, 400 no te arrepientas, no lloren los ojos que me idolatran, y te llevaré a que mores en ciudad extraordinaria. Pintarla quiero: el pincel 405 es mi lengua, mis palabras serán las varias colores, y tus orejas la tabla. Pudiera, don Gil, pintarte la ciudad que fue mi patria 410 de quien salí desterrado por siglos y edades largas. No te ofrezco esta ciudad, que para mí está muy alta; ésta te ofrezco que tengo 415 cual si fuera imaginada. La grandeza de París, de Zaragoza las casas y las calles de Florencia con igualdad limpias y anchas; 420 cielo y suelo de Madrid, vega y huertas de Granada, rica lonja de Sevilla, de Játiva fuentes claras; los jardines de Valencia, 425 escuelas de Salamanca, y de Nápoles las vistas que alegran el gusto y alma; de Lisboa el ancho río que cuando el tributo paga 430 al mar, parece que lleva no tributo, mas batalla. De Valladolid la rica las salidas, porque agradan diversamente a los ojos 435 prados, campos, monte y agua. El gobierno de Venecia, de Moscovia las murallas; sólo faltarán los templos que hay en la Corte Romana. 440 Aquí, al modo de Castilla, toros trairán de Jarama, y en caballos andaluces verás mil juegos de cañas. Los banquetes y saraos 445 serán al uso de Italia; los torneos al de Flandes; los juegos al de Alemania; escaramuzas al uso de la nación africana; 450 músicas de Portugal, gallardas justas de Francia. Luchas, carreras al modo de la griega edad pasada, y en los públicos teatros 455 verás comedias de España. Tendrán las damas que trates la habla de sevillanas, los rostros de granadinas, ingenios de toledanas, 460 los talles de aragonesas, los vestidos y las galas serán al uso moderno de la Corte castellana. El pan te dará Sevilla; 465 las ásperas Alpujarras la caza, y fruta escogida y los vinos Ribadavia. El tocino, Extremadura; pescado, Laredo y Adra, 470 y si extranjero le quieres, vino te dará Calabria; peces, Licia; fruta, Lecia; pan, Beocia; carne, Arcadia; sabrosas aves, Fenicia; 475 bella miel, la Transilvania. No te faltarán riquezas: oro te dará Dalmacia; brocado y telas, Epiro, y Tiro, púrpura y grana. 480 A medida del deseo poder tengo y mano franca: no te pese de servirme ni te dé cuidado el alma. DON GIL No quiero, dueño y maestro 485 cuya ciencia al mundo espanta, repúblicas de Platón en la idea fabricadas; no quiero, no, las riquezas de que el mundo ofrece parias 490 a soberbias majestades de la gente idolatradas. Que entre relevados pinos, que son rústicas guirnaldas de las ásperas cabezas 495 destas soberbias montañas, aprendo ciencias gustosas y a costa de los que pasan gozo diversos regalos con la vida alegre y ancha. 500 Doncellas fuerzo, hombres mato, niego a Dios, huyo su gracia, y si el deleite me anima infiernos no me acobardan. Sólo quiero que me cumplas 505 una liberal palabra, condición de la escritura en tu favor otorgada. Amo a Leonor; sufro y peno viviendo con esperanzas 510 que me convierten las horas en siglos y edades largas. ANGELIO Como obligado me tienes, prevenido en eso estaba, y a pesar de su virtud 515 traigo a Leonor conquistada. De su casa la he traído. El monte pisan sus plantas con quien están compitiendo limpia nieve y fina grana. 520 Vuelve los ojos y mira el raro Fénix de Arabia y el encendido planeta que alumbra en la esfera cuarta. Reverencia su hermosura. 525 Esta imagen idolatra, a cuyas aras es justo que sacrifiques el alma. |