............TEATRO..................TEATRO...........TEATRO

El esclavo del demonio
ANTONIO MIRA DE AMESCUA

(Sale el DEMONIO vestido de galán,
y llámase ANGELIO.)

ANGELIO

Yo la aceto.

DON GIL

Después que a este hombre he mirado, 350

siento perdidos los bríos,

los huesos y labios fríos,

barba y cabello erizado.

Temor extraño he sentido.

Alma, ¿quién hay que te asombre? 355

¿Cómo temes tanto a un hombre

si al mismo Dios no has temido?

ANGELIO

No temas, don Gil, espera.

DON GIL

Di ¿quién eres?

ANGELIO

Soy tu amigo,

aunque he sido tu enemigo 360

hasta ayer.

DON GIL

¿De qué manera?

ANGELIO

Porque imitándome vas;

que en gracia de Dios me vi,

y en un instante caí

sin que pudiese jamás 365

arrepentirme.

DON GIL

¿Y te llamas?

ANGELIO

Angelio, y vivo espantado

de lo poco que has gozado

gusto de juegos y damas.

Si predestinado estás 370

la gloria tienes segura.

Si no lo estás, ¿no es locura

vivir sin gusto jamás?

Si aprender nigromancía

quieres, enseñarla puedo, 375

que en la cueva de Toledo

la aprendí, y en esta mía

la enseño a algunos. ¡Qué ciencia

para vicios infinitos,

corriendo los apetitos 380

sin freno de la conciencia!

Si a los infiernos conjuras,

sabrás futuros sucesos

entre sepulcros y huesos,

noches y sombras oscuras. 385

En todos cuatro elementos

verás extrañas señales

en las plantas, animales

y celestes movimientos.

Tu gusto será infinito; 390

con vida libre y resuelta

seguirás a rienda suelta

los pasos de tu apetito.

Y pues que tienes amor

a Leonor, aunque es incesto, 395

haré que la goces presto.

DON GIL

¿Que adoro a doña Leonor

has sabido?

ANGELIO

Y no imagines

que en lo que toca a saber

me pueden a mí exceder 400

los más altos cherubines.

DON GIL

Tengo a tu ciencia afición.

Yo aprenderé tus lecciones.

ANGELIO

Guardando las condiciones

con que las deprendí.

DON GIL

¿Y son? 405

ANGELIO

Que del mismo Dios reniegues,

y haciendo escrituras firmes

de ser mi esclavo, las firmes

con sangre, y la crisma niegues.

DON GIL

Alma, si hay alma en mi pecho, 410

hoy tu salvación se impide.

Poco pide, pues me pide

lo que casi tengo hecho.

Dejando la buena vida

perdí el alma, pues ¿qué espero, 415

si por hallar lo que quiero

doy una cosa perdida?

Si son tres las ocasiones

con que ofendí a Dios eterno,

ya tengo para el infierno 420

bajados tres escalones.

Otro con algún disgusto

se da muerte o desconfía,

y así viene a ser la mía

desesperación de gusto. 425

Digo que haré lo que ordenas,

pero has de darme a Leonor.

ANGELIO

¡Ah, discípulos!

 
Página Principal - Poesia - Teatro - Ciberarte - Letras - Alquimias