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El esclavo del demonio |
(Sale el DEMONIO vestido de galán, y llámase ANGELIO.) |
ANGELIO Yo la aceto. DON GIL Después que a este hombre he mirado, 350 siento perdidos los bríos, los huesos y labios fríos, barba y cabello erizado. Temor extraño he sentido. Alma, ¿quién hay que te asombre? 355 ¿Cómo temes tanto a un hombre si al mismo Dios no has temido? ANGELIO No temas, don Gil, espera. DON GIL Di ¿quién eres? ANGELIO Soy tu amigo, aunque he sido tu enemigo 360 hasta ayer. DON GIL ¿De qué manera? ANGELIO Porque imitándome vas; que en gracia de Dios me vi, y en un instante caí sin que pudiese jamás 365 arrepentirme. DON GIL ¿Y te llamas? ANGELIO Angelio, y vivo espantado de lo poco que has gozado gusto de juegos y damas. Si predestinado estás 370 la gloria tienes segura. Si no lo estás, ¿no es locura vivir sin gusto jamás? Si aprender nigromancía quieres, enseñarla puedo, 375 que en la cueva de Toledo la aprendí, y en esta mía la enseño a algunos. ¡Qué ciencia para vicios infinitos, corriendo los apetitos 380 sin freno de la conciencia! Si a los infiernos conjuras, sabrás futuros sucesos entre sepulcros y huesos, noches y sombras oscuras. 385 En todos cuatro elementos verás extrañas señales en las plantas, animales y celestes movimientos. Tu gusto será infinito; 390 con vida libre y resuelta seguirás a rienda suelta los pasos de tu apetito. Y pues que tienes amor a Leonor, aunque es incesto, 395 haré que la goces presto. DON GIL ¿Que adoro a doña Leonor has sabido? ANGELIO Y no imagines que en lo que toca a saber me pueden a mí exceder 400 los más altos cherubines. DON GIL Tengo a tu ciencia afición. Yo aprenderé tus lecciones. ANGELIO Guardando las condiciones con que las deprendí. DON GIL ¿Y son? 405 ANGELIO Que del mismo Dios reniegues, y haciendo escrituras firmes de ser mi esclavo, las firmes con sangre, y la crisma niegues. DON GIL Alma, si hay alma en mi pecho, 410 hoy tu salvación se impide. Poco pide, pues me pide lo que casi tengo hecho. Dejando la buena vida perdí el alma, pues ¿qué espero, 415 si por hallar lo que quiero doy una cosa perdida? Si son tres las ocasiones con que ofendí a Dios eterno, ya tengo para el infierno 420 bajados tres escalones. Otro con algún disgusto se da muerte o desconfía, y así viene a ser la mía desesperación de gusto. 425 Digo que haré lo que ordenas, pero has de darme a Leonor. ANGELIO ¡Ah, discípulos! |