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El esclavo del demonio |
(Éntrase. Sale DON GIL, y LISARDA en hábito de hombre.) |
LISARDA Mucho, don Diego, has callado. Ya estamos solos, no estés cubierto ni recatado. DON GIL Ten paciencia, que no es don Diego quien te ha gozado. 645 LISARDA ¿Quién eres? DON GIL Quien ha subido. hasta la divina esfera, pero cual Ícaro ha sido que volé con fe de cera y en el infierno he caído. 650 Un segundo Pedro fui y tú el fuego de Pilato, pues por llegarme hoy a ti como necio y como ingrato negué a Dios y le perdí. 655 Por la voz de un gallo fue a llorar con pecho tierno; yo cual precito escuché una voz del mismo infierno con que he perdido la fe. 660 Don Gil soy. LISARDA ¡Triste de mí! ¿Y don Diego? DON GIL Él me ha traído a que gozase de ti para dejar ofendido tu padre otra vez. LISARDA Así 665 se cumplen como merecen mis esperanzas prolijas; mi agravio y desdichas crecen que en esto paran las hijas que a sus padres no obedecen. 670 ¿En qué pecho habrá paciencia? DON GIL Para tan grave dolor igual es nuestra imprudencia. Tú perdiste mucho honor y yo mucha penitencia. 675 LISARDA Deja que vuelva a mi casa antes de nacer el día. DON GIL Eso no, adelante pasa; que era el alma nieve fría y es un infierno y se abrasa. 680 La vida de aqueste pecho hoy correrá más apriesa por el gusto y el provecho, pues se ha soltado la presa que las virtudes han hecho. 685 Por ti perdí la prudencia por el infierno profundo con la carne la abstinencia, el crédito con el mundo y con Dios la penitencia. 690 Por ti he perdido el jornal que esperaba recibir del Señor universal, y entro de nuevo a servir a un amo que paga mal. 695 Ya serán mis ejercicios pecados facinerosos, que así salen de sus quicios los que fueron virtüosos y siguen tras de los vicios. 700 Conmigo, Lisarda hermosa, has de ir, que para los dos no negará el mundo cosa, pues nos ha soltado Dios de su mano poderosa. 705 LISARDA ¿Qué dices, alma? Que puedes quedar en más vituperio. ¿Tú, cuerpo? Que no te quedes; que temas de un monasterio las solícitas paredes. 710 ¿Qué replicas, alma? Que es eso de buena conciencia. ¿Y tú, cuerpo? Que ya ves que es temprana penitencia pudiendo hacerla después. 715 La maldición es cumplida de mi padre; el cielo temo. Ya lloro mi honra perdida y va llegando a su extremo la desdicha de mi vida. 720 Tres enemigos me dio el cielo en mi mal prolijo: Don Diego que me engañó, mi padre que me maldijo, y don Gil que me forzó. 725 Mi padre en su maldición colérico estuvo y ciego, venció a don Gil la afición; sólo el ingrato don Diego no tiene satisfación. 730 Don Gil, ¿querrás ayudar la venganza de mi agravio? DON GIL En pedir y perdonar, mueve el encendido labio cual fino coral del mar. 735 La estrella que te ha inclinado sigue, que yo pienso ser un caballo desbocado que parar no he de saber en el curso del pecado. 740 Sigue el gusto y la venganza, que lo que tu pecho ordene emprenderá sin mudanza esta alma que ya no tiene fe, caridad ni esperanza. 745 LISARDA Adiós, casa en que nací; adiós, honra mal perdida; adiós, padre que ofendí; adiós, hermana querida; adiós, Dios a quien perdí. 750 Perdida soy, y es razón que tengan tal desventura las que inobedientes son. DON GIL No hay alma buena, segura, si no huye la ocasión. 755 Como en Dios no he confiado y en mis fuerzas estribé en el peligro pasado, soberbia angélica fue y ansí Dios me ha derribado. 760 (Éntranse.) |