Revista TriploV DE Artes, Religiões e Ciências

Direção|Maria Estela Guedes & Floriano Martins

PÁGINA INDEX | HOME Número 01|Homenagem à Agulha. Decalque do nº 70 e último. Setembro de 2009

 

NÚMERO 01

 

Jornal de Poesia Brasil

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Brasil

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Los exilios de Poeta en Nueva York,
de Federico García Lorca

María Helena Barrera-Agarwal

Página ilustrada con obras de la artista Aline Daka (Brasil)

Introducción

En uno de los tantos archivos que Madrid alberga, se encuentra un documento de escasas noventa y seis páginas. Veinticuatro están escritas a mano. Setenta y dos son mecanografiadas o impresas. Apuntes y correcciones motean esos folios, que hacen parte de uno de los íconos literarios del siglo veinte. Se trata del manuscrito de Poeta en Nueva York, preparado por Federico García Lorca y conservado en las instalaciones de la fundación que lleva su nombre. El documento no siempre ha permanecido allí. Durante los sesenta y siete años precedentes a su arribo en el 2003, fue el inerte protagonista de una trama inverosímil: en ella tomarían parte los herederos del poeta, una actriz de telenovelas y una casa de subastas internacionales. Participarían también editores en México, España y los Estados Unidos, exegetas de la obra lorquiana, abogados en dos continentes, y, finalmente, los más altos estratos del sistema judicial inglés.

Punto de Partida: España


 

Corre el año de 1936. España va cayendo poco a poco en el vórtice de lo que será la guerra civil. Los destinos de millones de personas fluyen hacia la conflagración. Entre ellas se encuentran Federico García Lorca y su amigo, José Bergamín Gutiérrez. Sería iterativo ofrecer detalles biográficos sobre el andaluz universal, tal es la fama que su memoria engendra alrededor del mundo. Sobre Bergamín, por el contrario, ello resulta indispensable en vista de la comparativa oscuridad en que su nombre se encuentra.

Madrileño de nacimiento y perteneciente a una familia andaluza, Bergamín combina en su talento una vocación dual: escritor y editor, no cesará jamás de ejercer esas artes a pesar de extremas vicisitudes. Católico y republicano convencido, se opuso a la dictadura de Primo de Rivera y participó de actividades antifascistas. Miembro desde muy joven de la escena literaria española, contó con la amistad de personajes clave de la misma, como Jacinto Benavente y Miguel de Unamuno. En 1933 fundó Cruz y Raya, Revista de Afirmación y Negación, publicación mensual de gran impacto. En sus páginas aparecerían entre otros Miguel Hernández, Pablo Neruda y Gregorio Marañón. Creó también las Ediciones del Árbol, cuya lista de autores también incluiría nombres ilustres, como los de Antonio Machado y Rafael Alberti.

Con García Lorca le une una común pasión por la literatura. Presumiblemente se conocieron a principios de los años veinte. Los dos formaban parte de la lista de jóvenes escritores cuyas obras se proponía publicar Juan Ramón Jiménez en la colección Biblioteca del Índice. Años después, García Lorca colaboraría en Cruz y Raya y confiaría a Ediciones del Árbol dos de sus obras mayores, Bodas de Sangre y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Un detalle respecto a éste último da la medida de la complejidad en los vínculos que unían a García Lorca con su editor: Bergamín mantuvo estrecha amistad con el torero y fue la persona que lo acompañó en la ambulancia luego de la cornada que le costaría la vida.

A principios de julio de 1936, Federico García Lorca acude en Madrid a las oficinas de Cruz y Raya y Ediciones del Árbol. Va en busca de Bergamín. Lleva consigo el manuscrito original de su libro Poeta en Nueva York. Bergamín está ausente. A García Lorca no le es posible esperarlo. Antes de marcharse, sin embargo, redacta una breve nota sin fecha: “Querido Pepe, He estado a verte y creo que volveré mañana. Abrazos de Federico.” Deja la misma, junto con el manuscrito, en manos de la secretaria de Bergamín, Pilar Sáenz de García Ascot. A pesar de la intención del poeta, la cita con Bergamín no está destinada a efectuarse. Los primeros embates de la guerra civil española son visibles y obligan a García Lorca a abandonar intempestivamente Madrid por Granada, el 13 de julio de 1936. El 17 del mismo mes estalla la rebelión contra la República.

Ya en su tierra natal, urgido por amigos y familiares, García Lorca trata de esconderse. Sus últimas semanas las vive en medio de la angustia del conflicto y de un peligro creciente. El 16 de agosto de 1936, milicias nacionalistas lo capturan en Granada. Fusilado en las afueras de la ciudad, su cuerpo es depositado junto con los de otras víctimas en una ignota fosa. Su asesinato ponía en práctica por anticipado la divisa falangista acuñada meses más tarde por Millán Astray, “viva la muerte y muera la inteligencia.”

Mientras, en Madrid, el manuscrito de Poeta en Nueva York permanece en las oficinas de Cruz y Raya. Durante uno de los bombardeos de la capital, Pilar Sáenz lo rescata junto con otros documentos, entre ellos el manuscrito del libro Cuerpo Perseguido de Emilio Prados. Forzada a huir de España, Pilar llega a París a finales de 1936. En esa ciudad devuelve los documentos a su jefe, José Bergamín, quien trabaja entonces en la delegación cultural de la embajada republicana en Francia. Durante unos meses, Bergamín intenta publicar el libro en tierras galas con la ayuda de Paul Éluard y Guy Levis Mano. Su esfuerzo no fructifica. La república española se desintegra, Franco se adueña del país. Tal hecho y la amenaza del fascismo germano-italiano convencen a Bergamín de la necesidad de salir de Europa.

Antes de abandonar Francia, Bergamín y otros intelectuales españoles asisten a una reunión que va a tener insospechadas consecuencias. La misma se da el 13 de marzo de 1939. Madrid ha caído en manos de la falange poco tiempo antes. Para los presentes es obvio que el camino del exilio será largo. Para unificar los esfuerzos de los miembros de la diáspora se crea en consecuencia, una institución como ellos peregrina. Su nombre invoca la misión que lleva: Junta de Cultura Española. Bergamín es su primer presidente. Luego de la constitución de la Junta, el 6 de mayo de 1939 parte con destino a México en compañía de su amigo Emilio Prados. Con él van los versos de Poeta en Nueva York. Concebidos en América, retornan así al nuevo continente.

Interludio Mexicano
 

Una vez en México, José Bergamín retoma su vocación de editor con la fundación de la Editorial Séneca. Cuán importante es para él este paso se aprecia en la celeridad del mismo: apenas llegado a Veracruz el 13 de junio de 1939, la escritura pública de constitución está fechada 27 de octubre del mismo año. Para su funcionamiento, Bergamín precisa de fondos. El dinero le llega en parte del Servicio de Emigración de los Republicanos Españoles. Sumas adicionales vienen de manos de Jesús Ussía, conocido benefactor de intelectuales e iniciativas culturales. Uno de los primeros proyectos de Séneca es la publicación de Poeta en Nueva York. Aún antes de la creación de la editorial, Bergamín de visita en Nueva York en agosto de 1939, ha entrado en negociaciones con la editorial W.W. Norton & Company, Inc. Su idea es publicar simultáneamente una edición castellana en México y una bilingüe – inglés/castellana - en los Estados Unidos.

La iniciativa de publicar póstumamente a García Lorca, no es nueva para la editorial Norton. Desde junio de 1938, un traductor de nombre Rolfe Humphries ha propuesto la publicación de un libro que recogerá la obra dispersa del andaluz. Nacido en Filadelfia, Humphries es un poeta y catedrático especializado en clásicos latinos. En el transcurso de una prolongada carrera, verterá al inglés obras de, entre otros, Juvenal, Ovidio y Marcial. Desde mediados de la década de los treinta ha sido un antifascista convencido y ha entrado en contacto con exiliados españoles. Durante el bienio 1938-1939 y en goce de una beca Guggenheim de escritura creativa, Humprhies ha viajado extensivamente por Europa y México. Uno de los objetivos de esas jornadas ha sido recopilar los poemas de García Lorca e intentar obtener el permiso de la familia del poeta para traducirlos y publicarlos. En esos viajes ha contactado a Bergamín, alertado de que éste posee el manuscrito de Poeta en Nueva York.

W.W. Norton aprueba el proyecto de edición bilingüe. El 24 de mayo de 1940, los avatares del destino propician que la primera edición de la obra póstuma de García Lorca entre en circulación precisamente en la metrópolis que la inspiró. Dos días antes, el New York Times había anunciado su aparición: “Norton publicará el viernes un volumen de poesías selectas por F. García Lorca, el poeta español que fue muerto en la Guerra Civil. Lorca pasó el invierno de 1930-1931 [sic] en Nueva York, donde escribió esos poemas. Serán publicados, la mayor parte de ellos por vez primera, en una traducción de Rolfe Humphries, como ‘El Poeta en Nueva York.’”. En junio, el mismo diario comentaría de nuevo sobre la publicación, mencionando la inclusión de una “brillante introducción por José Bergamín”. La edición de éste, en lengua española aparece tres semanas más tarde, el 15 de junio de 1940. De todos los títulos aparecidos bajo el sello de editorial Séneca, Poeta en Nueva York será el de mayor éxito: de 1940 a 1946, se venderán de él 4.054 ejemplares.

En 1946, luego de la muerte de su esposa, Bergamín abandona México. Su exilio continúa en Venezuela y, un año después, en el Uruguay. Antes de salir de tierras mexicanas, sin embargo, se desprenderá del manuscrito de Poeta en Nueva York, dejándolo en manos de Jesús Ussía. Ussía ha sido su “gran amigo y valedor”, una presencia indispensable. Tal vez en reconocimiento de esa protección tanto moral como financiera, Bergamín toma la decisión de cederle el documento. En septiembre de 1946, Ussía también parte de México con su esposa, Rafaela Arocena confiando el documento a un tío suyo, Ernesto de Oteyza, quien lo custodia por aproximadamente veinte años.

Durante ese período, Ussía y su esposa se separan sin divorciarse. Jesús se radica en España mientras que Rafaela establece su residencia permanente en México. Luego de la muerte de Jesús Ussía, acaecida en 1975, Oteyza restituye el documento a Rafaela Arocena. Rafaela posee las mismas inclinaciones intelectuales de su esposo. Con frecuencia recibe en su mansión de Cuernavaca a personalidades del mundo de la cultura. En mayo de 1979 ofrece allí una cena. Una de las convidadas es doña Manola Saavedra Moreno de Aldama, dama española radicada desde su infancia en México. Saavedra proviene de una familia de exiliados que abandonó la madre patria escapando de la ascensión franquista. Actriz de cine, participó en películas junto a, entre otros, Libertad Lamarque y Mario Moreno Cantinflas. Durante toda su vida ha admirado las obras de Federico García Lorca. Sabe sus poemas de memoria, ha actuado en algunas de sus obras de teatro.

En casa de Ussía, la conversación gira precisamente hacia el poeta. Manola hace gala de sus conocimientos sobre el tema. La anfitriona aprecia su entusiasmo, le pide finalmente que declame unos versos del andaluz. Luego de escucharlos, le pregunta si le gustaría poseer un recuerdo de García Lorca, los originales de uno de sus libros, Poeta en Nueva York. Creyendo que tal interrogante es una broma Manola responde que le agradaría. Días más tarde un hombre toca a la puerta de su domicilio. Es el chofer de Rafaela Arocena, quien tiene por misión el entregar un sobre. Dentro del mismo se halla el manuscrito.

Por casi dos décadas Manola Saavedra conserva el documento. Durante ese período su carrera gradualmente declina. Actúa en telenovelas. Dirige una revista femenina. Conduce programas de televisión. En 1998 la cadena Televisa la despide. El único recurso de magnitud que le queda es el manuscrito de García Lorca. Acosada por las deudas, toma la decisión de desprenderse de él, ofreciéndolo al mejor postor a través de Christie’s. La casa de subastas acepta ocuparse de la venta. Seis décadas después de arribar en el equipaje de Bergamín, el documento abandona México por el Reino Unido.

Escala Londinense

 

En el verano de 1999, Christie’s anuncia en Londres la venta del manuscrito de Poeta en Nueva York. La venta crea sensación. Dudas sobre la legitimidad del documento se desvanecen cuando uno de los más respetados expertos en García Lorca, profesor Stephen Hart, verifica que es auténtico. El impacto de la noticia aún no ha menguado cuando los conflictos que parecen perseguir a la obra se reinician. Tres días antes de la subasta fijada para el 20 de noviembre de 1999 en Londres, la misma es cancelada en virtud de una acción jurídica (preliminary injuction) iniciada por los herederos del poeta. Claman ellos que el manuscrito les pertenece y debe serles restituido en aplicación de la ley.

Para comprender plenamente los motivos de la familia de García Lorca es necesario retrotraerse a las ediciones primigenias de Poeta en Nueva York. Como se ha mencionado antes, fueron dos: una, bilingüe, publicada por Norton en los Estados Unidos al cuidado de Rolfe Humphries. La otra publicada por Séneca en México al cuidado de José Bergamín. Estando ambas basadas en el mismo manuscrito habría sido natural que sus textos en español fuesen idénticos. Tal no es el caso. Existen entre ellas numerosas e importantes discrepancias.

La puntuación y ortografía difiere en buen número de poemas. En algunos la disposición de las estrofas tampoco coincide. La edición Norton no recoge el poema Tu infancia en Merton, incluido en la edición Séneca. Dos poemas, Nocturno en el Hueco y El Rey de Harlem aparecen en versiones radicalmente distintas según la edición que se consulte. Finalmente el poema La Aurora se publica en la primera sección del libro en la edición Norton, mientras que en la edición Séneca se encuentra en la tercera sección. Humphries ha incluido una nota que detalla los problemas del documento que le ha servido de base para la edición Norton: “Poeta en Nueva York vino a mí en una copia mecanografiada, no siempre perfectamente clara, y a veces declarando su propia confusión.” Humphries también alude a ciertos poemas e ilustraciones que no se incluyen en la edición por ser imposible su obtención. Bergamín, por su parte, no ha hecho mención alguna de la existencia de tales problemas.

Las inexplicables variaciones entre las ediciones Norton y Séneca no tardan a ser fuentes de debate. Poeta en Nueva York irrumpe en la escena literaria con fuerza insospechada. Sus contenidos marcan el inicio de una nueva vertiente lírica en lengua castellana. En poco tiempo la obra se convierte en punto de referencia indispensable, comentada sin cesar y sin cesar leída. A medida que su influencia crece, más necesario resulta dirimir de modo definitivo qué edición primigenia es aquella más fiel a las intenciones del autor. Paradójicamente ello no es factible: el único documento que podría zanjar la cuestión, el manuscrito compuesto por García Lorca, ha desaparecido.

Para los especialistas de García Lorca el paradero del documento ha sido un misterio desde los años cuarenta. José Bergamín, la última persona que se sabe lo poseyó a ciencia cierta se niega a dar cuenta de su destino. Hasta 1983, año de su fallecimiento, Bergamín responde a las interrogantes sobre el tema con evasivas o silencios. Podría especularse que con tal actitud Bergamín buscaba evitar que se confronten las ediciones de las que directa o indirectamente fue responsable con el original a él confiado por García Lorca. Podría incluso teorizarse que Bergamín no deseaba ser objeto de reclamos por parte de W. W. Norton. Lo cierto es que sus motivos probablemente jamás serán conocidos. Luego de su muerte todo vínculo con el manuscrito parece esfumarse. Se lo considera perdido, por siempre fuera del alcance de los exegetas. Mientras la ausencia dura, los mismos ponderan los méritos de las ediciones primigenias, pronunciándose por la una o la otra.

En 1971 el profesor Eutimio Martin, en ese entonces estudiante en la Universidad de Nanterre, Aix en Provence, sostiene una tesis doctoral que propone la no existencia del manuscrito. Tal posición es refutada por el profesor Daniel Einsberg, quien en 1976 publicará un libro sosteniendo que el manuscrito existió y sugiriendo la edición Norton como la más exacta. Otros catedráticos entran sucesivamente a la palestra como paladines de una u otra versión. En 1981 una edición crítica de la obra a cargo de Martín se aparta de ambas ediciones princeps escindiendo Poeta en Nueva York en dos libros a base de una lista de poemas hallada durante sus investigaciones. Tal transformación suscita ultraje. En las páginas de los Anales de Literatura Española Contemporánea, Einsberg proclama la edición de Martín apócrifa.

A medida que los años pasan, el manuscrito toma visos de Grial. Especialistas como Einsberg, Hart y Martín, lo buscan sin descanso, procurando claves en archivos privados y públicos. Las investigaciones poseen un tinte detectivesco. Sólo su reaparición pondrá fin a los debates sobre sus contenidos. En algunos círculos su ausencia se interpreta como prueba de la posición inicial de Martín, i.e., la inexistencia del manuscrito. La familia del poeta y por extensión la Fundación García Lorca por ellos creada sabe, por el contrario, que el documento no es un mito. En los años previos a la publicación de las ediciones Norton y Séneca, han mantenido una serie de contactos, directos e indirectos, con José Bergamín. Le han exigido repetidamente que facilite la inclusión de Poeta en Nueva York en las Obras Completas de Federico García Lorcaque Editorial Losada está publicando en la Argentina. Bergamín ha hecho caso omiso de sus pedidos. García Lorca le confió el libro y considera su misión el publicarlo personalmente. Una edición efectuada bajo los auspicios de la familia verá la luz tan solo en 1942 bajo el sello de Losada, como parte de las Obras Completas de García Lorca.

Igual que los expertos, la familia y la Fundación García Lorca pierden rastro de manuscrito por décadas, hasta que en 1996 un exiliado español residente en México, Luis Giménez Cacho, los contacta. Giménez Cacho es vecino de Manola Saavedra. Esta le ha comentado que tiene en su poder el documento, se lo ha mostrado incluso. A través de los buenos oficios de Giménez Cacho, intentan convencer a Saavedra de cedérselos. Le proponen a cambio una compensación monetaria, un viaje a España, la posibilidad de que se le otorgue un título nobiliario. Manola, como antes de ella Bergamín, prefiere conservar el manuscrito y rechaza sus ofertas.
 


La Ley y el Poeta

En el transcurso de las negociaciones la familia García Lorca ha recibido de Manola una copia del manuscrito. Este documento no solo les permitirá estar seguros de su autenticidad sino que también será la fuente de las dos ediciones que incorporarán por vez primera la visión original de García Lorca. En España, la publicación estará a cargo de Alfaguara y será patrocinada por la Junta de Andalucía y la Consejería de Cultura. En los Estados Unidos será la casa editorial Farrar, Straus y Giroux la elegida. Ambas ediciones aludirán sumariamente a la reaparición del manuscrito, informando que el mismo ha sido encontrado en México sin brindar ningún pormenor adicional sobre las circunstancias de descubrimiento o su paradero al momento de impresión. Es obvio que la familia no desea divulgar las condiciones en las que el documento ha emergido. Los detalles habrían probablemente quedado en el misterio de no ser por el anuncio de la subasta de Christie’s.

Cuando la venta en Londres hace noticia, los García Lorca saben perfectamente quién es el misterioso coleccionista anónimo del catálogo de Christie’s. Con el proceso judicial confían triunfar allí donde antes sus gestiones privadas fracasaron previamente. La posición de la familia se resume en una declaración brindada por Laura García Lorca de Los Ríos, sobrina del poeta: “El punto es que el manuscrito nunca fue un regalo a Bergamín. No era de su propiedad para que se lo diese a terceros. Debió haberse devuelto a los herederos del autor. Este manuscrito nunca debió ponerse a la venta privadamente, sino que debió permanecer en los archivos de sus herederos, donde se lo cuidaría y estaría a disposición de todos quienes quisieran estudiarlo.”

Manola Saavedra debe acudir ante los tribunales para justificar sus derechos antes de proceder a la transacción. Su situación económica no le permite, sin embargo, contratar los servicios de un profesional del derecho inglés. Fortuna inaudita, el sistema jurídico de esa nación ha cambiado poco antes de la demanda en su contra. Las cortes inglesas admiten por primera vez la posibilidad de que un jurisconsulto defienda un caso y, en el evento de triunfar, sea la parte contraria la que pague sus honorarios. En base a tal modificación Manola busca un jurista que la represente. Uno de los letrados que contacta no puede hacerse cargo del caso pero le recomienda el nombre del abogado Peter McGarrick.

McGarrick es socio del prestigioso bufete Morgan Cole, con base en Londres. Posee más de tres décadas de experiencia en, inter alia, complejos casos comerciales, de derecho de autor, internacional y de los medios. Pertenece a la Law Society en el Reino Unido y a la American Bar Association en los Estados Unidos. Luego de conocer los detalles del caso, acepta representar a Manola Saavedra en el litigio contra la familia García Lorca. En tal procedimiento intervendrá también otro letrado del bufete, el abogado Graham Henderson, admirador y conocedor de la poesía del andaluz. Los herederos, por su parte, serán representados por el abogado Colin Manning del bufete Rochman Landan.

El litigio tiene lugar en la División de Cancillería de la Alta Corte de Justicia de Londres, ante el juez Peter Smith. En noviembre del 2002, durante siete días, los abogados presentarán allí argumentos, expertos y testigos. Previamente y en vista de las singularísimas características del caso, las partes han acordado aceptar una narrativa unificada de la historia del manuscrito. La familia García Lorca acusa a Manola de conversión de bienes. Esta figura jurídica implica posesión y venta o intento de venta de un objeto mal habido. Los poseedores anteriores, comenzando por José Bergamín, son presentados como ilegítimos y de mala fe. La defensa de Manola contrapone a esos argumentos el hecho de que los herederos del poeta andaluz siempre supieron que Bergamín tenía el manuscrito en su poder y jamás iniciaron un juicio para disputar su posesión. Aún más, cuando en los años noventa supieron que Manola Saavedra era la nueva poseedora no sólo no la demandaron sino que propusieron comprárselo.

El proceso pone en juego tres sistemas jurídicos, el de España – donde el manuscrito fue creado y entregado a Bergamín, - el de México – donde la transferencia a Ussía y Saavedra tuvo lugar,- y el del Reino Unido – donde se iba a dar la fallida subasta y donde el documento permanece al momento del juicio. El juez Smith considerará las tres opciones, aplicando las normas de cada jurisdicción. En su decisión concluirá que en cada una de ellas la demanda de los herederos no podía tener éxito, particularmente porque su inacción durante años ha bastado para que la propiedad del manuscrito pase a José Bergamín y a partir de él a los subsecuentes poseedores. Incluso si tal traspaso no hubiese sido legal, los sesenta años transcurridos han activado la transferencia por prescripción adquisitiva. La sentencia concluirá de modo terminante: “(…) en Inglaterra me parece que la Sra. Saavedra está en la posición de conferir título bajo cualquier evento. Respecto de ese título en otros lugares, he determinado que ella es la dueña, bajo la ley española y la ley mexicana (…) De conformidad con ello, rechazo la acción de los demandantes.”


El 14 de octubre del 2002, el juez Smith hace pública su decisión. A los herederos se les niega el derecho de apelar y se les condena a pagar los gastos del litigio, incluyendo los honorarios del bufete Morgan Cole. Se calcula que el monto final de los mismos supera los cuatrocientos mil euros. Una vez salvado el escollo legal, Christie's procede a la subasta. El tres de junio del 2003, casi sesenta y siete años después de la visita de Federico García Lorca a las oficinas de Punto y Raya, el manuscrito se adjudica por doscientos diez mil euros. El comprador no es otro que la Fundación García Lorca. Paradójicamente, el portavoz de la misma no ha cesado de proclamar luego de la sentencia de la Alta Corte que el manuscrito carece de valor.

Punto de Llegada: España

En un futuro no muy lejano la Fundación Federico García Lorca proyecta mudar sus fondos de Madrid – donde permanecen al cuidado de Fundación Residencia de Estudiantes - a un centro en su sede natural y necesaria, la ciudad de Granada. Tal vez ese espacio sea la morada permanente del frágil original de la última obra del andaluz universal. La saga de sus exilios concluida, el manuscrito reposará así en la tierra que diera al mundo tanto el genio del poeta como la flama de su tragedia.

Maria Helena Barrera-Agarwal (Equador, 1971). Advogada, especialista em propriedade intelectual pelas Universidades de Grenoble Montpellier, em França, e Pierce Law nos Estados Unidos. Um livro que irá recolher uma seleção de dez anos de seu jornalismo cultural vai ser publicado este ano. Ensayo originalmente publicado en lastra (México, marzo de 2009). Contacto: mhbarrerab@gmail.com.

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