Frente a lo inconmensurable
de la explosión y sus destrozos
uno queda boquiabierto,
con la expresión de desconcierto
colgando de los labios mudos.
Y es que uno sabe
que es la guerra,
la pornográfica imagen
de la muerte transmitida en directo
no deja lugar a dudas al televidente.
Y uno rápidamente
Escucha la cantidad de caídos
y de heridos y de ambulancias
y de helicópteros y de bomberos
y no tarda en enterarse
a quien le adjudican
el rol del enemigo,
el de neutral y el de aliado.
Uno se entera,
uno se informa,
uno se consterna y reza
y se llena de preguntas
y se replantea cual es el sentido.
Uno escucha los motivos más diversos,
que es por el petróleo o por los hielos,
o por detener el avance rojo,
o por globalizar la coca y las fritas,
o por diferencias religiosas,
o por simplemente someter al mundo
al poder de cuatro hijos de puta.
Pero,
Cuando uno ve
la explosión y su secuela
de sangre humana
regando la tierra,
uno sabe que es la guerra
…pero no la comprende.
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