Y si sólo queda silencio,
el insomnio de una canilla
que no se cansa de gotear.
Y si sólo queda por contar
una historia sin historia,
la noche nula
de 40 cigarrillos
aplastándose sin sentido.
Y si sólo se trata
de retratar siempre
el mismo paisaje siempre,
la misma ventana siempre,
la misma miseria siempre.
Y si este corazón se durmió
de anestesia local
y se siente superfluo
latiendo a medio motor,
llorando a lágrima falsa.
Y si sólo quedó por disfrutar
esta paz de lexotanil,
este canto tedioso,
esta melodía monótona,
esta soledad de dos plazas.
Para cuando sobrevenga
el final improvisado
no quedará más que un
" resígnese hermano "
para pagar
la entrada a la eternidad,
o a la nada
que nos espere.
Nos quedarán sólo
los músculos cansados, sólo
los labios cansados, sólo
las manos cansadas, sólo
los dedos cansados, sólo
para justificar
esta ausencia de existencia
que nunca nos cansamos
de dar por sobreentendida
presente, mediocre
e irónicamente
especial y eterna.
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