Una caja de madera de haya, vacía. Otra caja, de madera de olmo, en su
interior cuatro pinceles de pelo de marta, un trozo de arpillera, tubos de
óleo azul de ultramar, amarillo de cromo, carmín y cardenillo. Un ave roja
del paraíso, disecada. Lentes, una acromática, una dicromática, una
lenticular. Una aceptable reproducción de la
Iglesia de Tillington de
Constable. Un volumen de relatos de viaje de Alí Bey. Un volumen con
grabados de Durero. Varias frutas, de yeso y pintadas, en un plato también
de yeso y pintado. Un planisferio, con olor a humedad y ajado, enrollado y
atado con una cinta de seda púrpura. Un barómetro de mercurio. Una brújula
de geólogo. Un bobina de hilo de seda. Un florero de vidrio, con una flor
artificial. Anzuelos de acero. Un maniquí de costura, con un pequeño
agujero del lado del corazón. Una flor seca, de magnolia, en un sobre con
una anotación en tinta en el dorso, que el tiempo tornó ilegible. Una
pluma fuente y un plumín. Un cofrecito metálico cerrado y sin llave a la
vista. Una taza de porcelana decorada con una escena de fiesta galante.
Una fotografía enmarcada de un hombre y un niño, de espaldas, que
contemplan el mar.
Carlos Barbarito
(de Cámara de eco, inédito)
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