Las llaves de la ciudad
Están manchadas de sangre
Desde hace mucho
Hermana Ana mi hermana Ana
No ves venir nada
Veo en la miseria el pie desnudo de un niño
Y el corazón del verano
Ya apretado entre los hielos del invierno
Veo en el polvo ruinas de la guerra
Caballeros de la industria pesada
A caballo sobre oficiales de caballería ligera
Que desfilan bajo el arco
En una música de circo
Y a maestros de herrería
Maestros de ballet
Dirigiendo una cuadrilla inmóvil y helada
Donde pobres familias
De pie frente al buffet
Miran sin decir nada a sus hermanos liberados
Sus hermanos liberados
De nuevo amenazados
Por un viejo mundo senil ejemplar y corrupto
Y te veo Mariana
Mi pobre hermanita
Colgada todavía una vez
En el cuarto oscuro de la historia
Acorbatada por la Legión de Honor
Y veo
Barba azul roja blanca
Impasible y sonriente
Volver a dar las llaves de la ciudad
Las llaves manchadas de sangre
A los grandes servidores del Orden
El orden de las grandes potencias del dinero.
|