Pictórica

 

ROLANDO REVAGLIATTI


Rolando Revagliatti nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, República Argentina. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos y relatos y quince poemarios, además de otros cuatro poemarios sólo en soporte digital. También en edición electrónica se hallan los Tomos I, II, III, IV y V, conformados por 128 entrevistas realizadas por Revagliatti, de “Documentales. Entrevistas a escritores argentinos”. Todos sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.com. Ha sido incluido en unas ochenta antologías de poesía, narrativa y dramaturgia de la Argentina, Brasil, Perú, México, Chile, Panamá, Estados Unidos, República Dominicana, Venezuela, España, Alemania, Austria, Italia y la India.

Foto: Rolando Revagliatti en mayo 2021 – Foto Flavia Revagliatti


La mujer y el pintor


Mujer conmovedora sentada frente a mí

pinto a esta mujer conmovedora sentada frente a mí

designo conmovedora a esta mujer sentada

esta mujer conmovedora me designa pintor

 

Soy nombrado.


Amadeo Modigliani


Madame Pompadour y su puntualidad a la hora de la ironía

vino áspero en el vaso del compañero

amigas atravesándote con sus enyesados fuegos recónditos

amigos en los trazos de ternuras y vigores

 

Y tu Juana Hébuterne también ella gestando.


Barbas en remojo


Las barbas de tu vecino

embobadas ante la sibila de Delfos

la Musmé, la enjoyada y luminosa Susana

 

Las barbas de los choclos

las barbas florecidas

las barbas de las máscaras

vigilantes ante las majas en el balcón

la dama del unicornio

y las costureritas vigiladas de Pedro Longhi

 

Las barbas de los expedientes

las barbas en bares decimonónicos

poseídas ante Ío poseída por la nube

y la muchacha de los bulevares del desnudo rojo de formas encerradas

 

Las barbas no sólo bárbaras sino cruciales

y las barbas epigramáticas

expectantes ante Marcelle Lender bailando el bolero de Chilpéric

la Venus y las nueve ninfas que danzan en el parnaso de Andrés Mantegna

y la troupe de mademoiselle Eglantine en franco cancán

 

Las barbas del barbero

a por las barbas

las blancas barbas

y las meretrices del salón de la rue des Moulins.


Miguel Ángel Buonarroti


Potente solitario

alma, cuerpo, cosas

las manos de su Dios, su tierra, sus parientes

 

Tributo al biógrafo:

la Batalla de los Centauros

en la corte de los Médicis

y la Virgen de la Escala

 

Extraedor de mármoles

mucho enaltecer

Clemente Séptimo abriendo su biblioteca Laurenciana

 

El relieve en el meollo

capturado en el relieve.


“Flora Futurista”


Nos intercepta en nuestros caminos

y alecciona

 

Es bella

(y nos afilia a las percepciones de Oswaldo Bot)

 

Reímos.


Duccio de Buoninsegna


Entre deudas y deudas

y privación y privación

de juramentos de fidelidad

al Capitán del Pueblo

 

Entre no marchar con las milicias ciudadanas

y practicar la brujería

 

Entre dos apaciguantes ángeles bizantinos

y un gótico serpear.


Exclusionista


No hay paisaje

 

En verdad, sólo pinta

su propia exclusión del paisaje

 

el pintor.


Víctor Chab


Restos

del oficio

de vivir

en un incendio

 

Figura medieval a la carrera

 

Vivir

en el incendio

que resta

del oficio.


Loro y gato


Un loro

vivo

encima

del blanco desnudo

cadáver

del desdichado

burgués

 

Saliendo de un cuadro

un gato

el último

de esta

noche

saltando y corriendo

cenándose al loro

vivo

encima

del blanco desnudo

cadáver

del desdichado

blanco desnudo

burgués.


Pablo Picasso


Me quedo con tu ojo derecho

con tu suma de destrucciones

con dientitos que sin embargo son una sonrisa

con ése y con cualquier otro de tus sombreros y bonetes

a candoroso sobrenivel de las cabezas

 

Dicen lo que son esos dedos desnudos

estrellitas erectas

en franjitas erectas

había lo bonito debajo de los cuernos

 

En el ojal un colibrí

despunta donde yo vi una llamarada

 

Labios o peces de los arrabales en las paredes de una capilla

un cura de espaldas a una mujer de perfil

invitación a los bordes de una mujer de espaldas

plaza de sombras y banderas

pisan toro y torero

un seno rubio despierto debajo del collar

rostro del tamaño de su pezón sorprendidísimo

 

Demasiadas escarolas detrás de los pabilos

disponiendo de orejas, manoplas o tal vez marimoñas

y perpetuando un guitarrón asimétrico

ojo con el que me quedo

 

Una gata me huele antes de enloquecer

y se fuga entre curvas y penes aguileños

y un gallo en pastel se fuga con la gata.


Menos de medio litro


Menos

de medio litro

de vino tinto en la botella

delante del botellón

al lado de la quesera

encima del mantel

que cubre la mesita

circular en el cuadro

 

que la mujer del pintor

apoyó contra el respaldo

de una silla.


Senos de tahitianas


Se diría que los recuerdo

y que hasta estuve allí

 

Me exhibía entonces al natural

con ellos todo es más simple

 

Al ciudadano le di

el olivo que es el olvido

 

Mis construcciones insistían

en situarme al fresco

 

Descalzo, mis valores de siempre

tendían a disiparse

 

Al náufrago le cabía

pintar y amar.


Salvador Dalí


“Que no es bacía, sino yelmo”

pintor que escribe relojes blandos

y diserta impregnado del aura de Onán

 

Delicada extirpación de números

en la medusa.


Mentada


Virgen del mil trescientos

de labiecitos incautos e insuficientes

con lujoso atavío de intensos dorados

mentada por cronistas contemporáneos

sin citar la fuente

afligida y conmovedora.


Pictórica


Confiscadas por Gauguin cinco bonitas esfinges sentadas de Oceanía

no cesa de morir Cézanne, sobre la mesa viva de alcohólica naturaleza muerta

 

con las cuatro estaciones arrojándose desde los tejados de Pissarro

es incuestionablemente en el jardín donde desayunaremos con Monet

 

un rápido secreto susúrranse personajes de Daumier

atinente al puente de Corot

y a que Delacroix guía al pueblo

y Gainsborough la carreta del mercado

 

grandilocuente consecuente Courbet recostado entre tus cortesanas

(dama como maja y el embozado Goya con el estoque)

mientras robamos a una bella gorda con Toulouse-Lautrec

 

¿y qué viene siendo de la consabida “demasiada verdad” del Velázquez retratista en tonos de infanta?

 

ah, si con la tijera del sastre de Moroni

lográramos cortar un mechón de cabello de la repantigada Venus de Tiziano

 

ah, cómo nos agradaría asistir con Giorggione a su atribuido concierto bajo el sol y el follaje

tomados de la blanca mano de Lucrezia Panciatichi, quien tomará con mayor firmeza a Bronzino de la mano

quien tomará a su vez a Margarita de Parma, la gobernadora, quien a su Moro tomará

para que triunfe —y no triunfe— Brueghel el Viejo con los batallones

El Bosco satírico aleccionando sobre las delicias y los desvaríos

(no espantemos a la encajera del católico Vermeer)

 

¿se percatan, Matisse, de tus deliberadas berenjenas?

¿admitirían la representación de uvas en ese racimo de Braque?

 

eclipse en la mirada de la mulata de Portinari

cuando Manet nos trae y nos deja a Stéphane Mallarmé

 

trabajan en el paisaje las gentes de Derain

y duerme reposa descansa en la cama que cubre su rojo escarlata el artista Van Gogh.