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OSCAR PORTELA
Los distintos rostros del terrorismo
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Reconosco dos formas de terrorismo, que conducen al horror de un mundo que camina hoy por encima de una "delgada linea roja": el terrorismo implícito en la condición humana que impone a travez del poder fisico, militar, la fuerza, a travez de la colonización, las invasiones territoriales, la imposición de culturas ajenas a las propias, (precolombinas, china, cretomiscenica), que dieron origen a otras culturas y etnias, a veces superadoras de las originarias, y a veces solo predadoras de la originalidad de aquellas: el elemento religioso no es ni fué ajeno, dentro de la cultura latina a nada de esto en America, donde no solo se devastó un territorio arrancondo de cuajo sus riquezas naturales (oro fundamentalmente), y la intensamente perversa, (que consiste en destruir formas genuinas de cultura, a travez de la conversión religiosa en el caso de las culturas latinas, - contagiadas de un sentido pagano de las luchas medio-orientales, entre el bién y el mal), y las semitas o mahometanas, que lucharon cruelmente por imponer a travez de un imperio mundial, su concepción religiosa de la realidad, a pesar de que el mesianismo, es compartido por el pueblo judio - elegido por Dios y solo vencido por los Babilonios en cruentas luchas: a todo ello, se debe sumar el terrorismo también impuesto por la fuerza de las invasiones indogermanicas, a la parte continental de la cultura creto-miscenica, que dió origen al mito ario de una cultura y una raza superior, incluso a un idioma superior, lo que posteriormente dió lugar a la Helade, padre por Zeus de Europa, continente elegido que logró hacerse con el destino del l planeta, el mismo que comienza con la filosofía griega, y que, de modo heteróclito, vá a constituir en el último siglo, lo que llamamos cultura planetaria - aunque los papuas existan aún en estado primitivo - , igual que otros pueblos -, cultura que se enseñoreará del mundo, hasta el intento de Napoleón tercero en Mexico, llevado a él tragico teatro de Maximiliano de Austria, en pleno territorio Americano.".

Luego de la segunda guerra mundial, el poder colonial de Europa, su pretendida superioridad moral, ya no latina sino anglosajona, que depaupero Asia, Africa y Medio Oriente, cedió paso al Destino Manifiesto, que la Doctrina Monroe preparara, para que el puritanismo calvinista - por cuya boca hablaba y sigue hablando Dios -, se haga por superioridad moral y de raza con los imperativos del mundo: tal como lo anunciara el poéta Walt Whitman, un nuevo imperio Romano había nacido: los Estados Unidos, según su ingenua lectura de la historia, nacida de una mala lectura de Hegel. De ahí en más, todos los crimenes de guerra cometidos contra el genero humano, pudieron ser atribuidos a otros pueblos, pero ninguno a los Estados Unidos, por aquello de que su misión histótica lo "justifira todo".

El actual terrorismo, - el antiguo Mardux babilonico -, que pone el peligro la globalización impuesta por las "megacorporaciones" y los Estados Iluminados, convierten a los paices del tercer mundo, en expreción del "mal en el mundo" que debe ser exterminado: los Estados que permanecieron en otro grado de barbarie, han reaccionado, dentro del esquema de una globalización contranaturaleza - en donde los intereses económicos lo dominan todo -, - y el estado de derecho internacional es un pantomina - del único modo que cabía esperar".

El horror se reponde con el horror, como afirmaba J. Conrad. Sin embargo, polítologos y estadistas Europeos se niegan a ver que la explotación es uno de los factores, que han hecho detonar el terrorismo internacional, y ponen como ejemplo a Irlanda y el Eukadi. Resulta increible que la confusión llegue a tanto: resulta algo así como afirmar que la violencia que siempre reinó en el imperio Americano, debía ser solo propiedad de los paices pobres. Si bién el fundamentalismo "revolucionario" que engendró" el iluminismo positivista - no solo el marxismo -, resulta tan fudamentalista u puritano, como la de la declaración del destino manifiesto, el problema de la guerrilla internacional, no vá a superarce a travéz del vallado de una carrera armamantista ciega, que ignore que lo que muchos llaman "el nihilismo de la cultura actual", en la cual reposa la oculta escencia del destino del mundo actual.