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Oscar Portela

 

CANTO
DE ORESTES


A Vera Luz Laporta
a M. Gilda.
 

deste modo, que la tempestad de la melancolía
no sople sobre mi alma contristada, que no cresca
como hiedra maléfica sobre las ruinas
que las imagenes tejieron sobre purpúreas
visiones, en tiempos acaecidos: revocado
sea el pasado y Neso no redusca a cenizas
las esperanzas últimas de quien vistió sus días
con el polen que los Dioses colocan en los petalos,
de los jardines que conducen al podio de lo pleno.
Dulces sean las Horas que caigan sobre los días
en que continúe despidiendome de quien fuí,
e inflamado no sea mi verbo por el pavor
ni la furias sigan mis pasos hoy como ayer: que
las hienas que sigilosas buscan los despojos
de los perdidos sueños, alejados sean de las
noches y días - espejismos que beberé
hasta que caiga Febo- y suceda todo
conforme a la voluntad de las Gracias
...............................................................aceptadas

por la voluntad de la poesía que rige
mi destino: revocado el pasado y clausurada
la memoria que espera como el demonio la
hora de volber sobre sí, mis cansados ojos,
-ciegos ojos de ciclope -, salvados sean de otras
penas y melancolías: vuelban así los aleluyas finales
y los "ossanas" tornen a florecer sobre mis labios.
Así sea, fidelidad a la tierra y el agua de las frías
colinas, y al oculto silencio que en el lenguaje
cifra el misterio de todo, sean éstos los talamos en
que repose todo, las fuerzas del deseo,
que eternamente volberá sobre sí, volcada
ahora hacia la eternidad, y la fulgente estrella de
................................................................................. la necesidad.

 
 

Oscar Portela - 10 de octubre del 2004