Fue un show imperdible ver al noble y viejo Norberto La Porta,
como antiguo y noble tribuno de la Helade, esgrimir todos los
argumentos jurídicos en forma parsimoniosa, en la cual fueron
relevantes desde Palacios hasta Jefferson, para decirles a todos
que el “monumental ariete” de el Juicio Político, podía sentar un
peligroso precedente de desestabilizar la voluntad popular,
consolidada en las urnas y por la razonabilidad que las mayorías
supieron demostrar a lo largo de la historia: empero se trataba de
tirarle un riguroso – intelectualmente! - salvavidas al señor Ibarra.
Los que apelaron a Evita, a las síntesis entre Maquiavelo, Kant
y Weber para condenarlo desde el corazón, los que prefirieron
condenarse a si mismos antes que condenar ( o condonar ) las deudas
y déficit de Ibarra.
Show imperdible que dejó muy atrás a la empaquetada entrega de
Los Oscares: sobre todo escuchar al antiguo luchador de la izquierda
comunista ( porque los argumentos condenatorios se mezclaban entre
los de aquellos centuriones de las abortadas revoluciones y las del
supuestamente “golpista ala de derecha”) recordarnos que como
quería Lampedusa, había que cambiar algo para no cambiar nada.
Nadie recordó que la razón positiva o el iluminismo nada decidieron
acerca de modelos políticos superadores de aquellos estados de equilibrio
a los que nos traería la razón positiva comtiana: solo una diputada
decidida a ejercer el poder habló del poder y de aquello que implica
el mando: la famosa “responsabilidad” de un general en batalla, que
debe seguir “decidiendo” acerca de las tácticas, estrategias y logísticas
que en pleno campo de batalla debían ejercer, para evitar que una mala
maniobra , echara a perder la batalla no la guerra.
Perdida de Oportunidad
Lastima que no cito a von Clausewitz : “la política no es sino
la continuación de la guerra en tiempos de paz” y no acertó a ello
conformándose con citar la “responsabilidad “ de Corleone, ante
quienes incumplían o lo hacían mal, pactos de la sagrada familia:
La Realidad
En realidad fue notable el retraso intelectual de la clase política
Argentina, cuando lo que discute la filosofía es que significa el
estado de “excepcionalidad” y he aquí donde los modernos,
interpretando mal a Walter Benjamín, creen que “la suspensión
de la norma, para mantener el Estado jurídicamente, es la excusa
esgrimida por todo autoritarismo, para llevar adelante los grandes
crímenes contra la humanidad”.
Claro, Stalin no se planteaba éstos problemas, Schmidt sí a su
particular manera: para todo honestamente nietzscheano, estas
son solo pamplinas , y el estado de “excepcionalidad” lo constituiría
más aún en un Estado universal tecnocrático – el imperio de lo que
seguimos llamando justicia”, y nada tiene que ver con la ley, sin discutir
acá las aporías platonianas de quien es el que la impone, lo que supone
saber quien es el más fuerte en una sociedad caníbal.
Conclusiones
Da la impresión de que al señor K, le pesaba ya la figura del señor
Ibarra: así obran los movimientos y las “mega corporaciones” políticas
Hoy: los cambios de figurita son fáciles y pertenecen al trhiller que
vive día una sociedad impávida y muerta, con excepción de los
damnificados por las catástrofes sociales : más, a la señora que duerme
tapada por cartones a la vuelta de mi casa, lo de Ibarra y los de
la “República del Cromagñón”, no son siquiera sombras en la caverna
platónica.
Un más allá
Es pura “ucronía”, el País de Peter Pan – el de los humanismos verdes-
que siguen creyendo en un proceso finalista ( es decir “teleológico”
de la historia ) en lugar de creer en la jungla y los sonidos de la jungla.
A la hora de bajar la guillotina se esgrimieron incluso los Argumentos
Constitucionales con los cuales se juzgó a las Juntas Militares – las que
nunca volverán - y finalmente ya sin sangre – faltó el viejo Guillotine-
salvo una abstención pragmática, la cabeza con rulitos del empingorotado
Jefe de la Reducción Portuaria , rodó para algarabía de quienes si
sufrieron “ese” desperfecto de un sistema, que desde hace décadas
se configura como uno de los más corruptos del mundo.
Después de cumplir con este ritual inciatico que un Estado de Derecho
impone, los políticos continuaran “representando a su pueblo”: al
alquimista pueblo argentino.
Para que otro “Cromagñón” no suceda se dijo:pero como advertía Vico,
dejemos lugar a los “corsi e ricorsi” de lahistoria ( idas y vueltas ): total
la Argentina fue un país fundado por el agrio clero Jonathan Swift.
Oscar Portela
Marzo7 - 2006 Ctes |