Mi querido forista y amigo: su apasionamiento me insta a contestarle brevemente: el idioma alemán está acuñado como el mar por la polifonía de infinitos dialectos: a ellos acudió Heidegger para destrabar el sistema de representaciones propia de la lengua metafísica. Y a ello se refirió cuando hablaba de la "fallida experiencia de Ser y tiempo" sin abandonar éste camino, sino profundizándolo desde aproximadamente el año 29.
El tema del habla del "afuera" caro a Blanchot. Usted dice el ser está "ahí" y yo le contesto es ser nunca esta "ahí": hombre y ser en su co-pertencia para mantenerse a si propios, puros, son la propia indigencia del "daseyn" que nuca es solo un "ahí "sino un estar expuestos" y a la intemperie del claro ( lichtung ) de lo abierto.
¿Pero que deja que el ser deje jugar luces y sombras en lo abierto?: Creo haberle contestado ya y me alegra de que el correo le haya llegado: no la nada nadeante ( leibnitziana) como lo interpretaron muchos o casi todos sino la nada como franquisia que deja ser lo que usted llama "ahí": tampoco para Dios existe un "ahí": vuelba a "Carta sobre el humanismo": primero tratemos de lo sagrado para abrir surcos que nos conduscan a lo divino afirma Heidegger.
Yerra usted al entender que soy heideggeriano:no hay nostalgia de lo uno en mí: soy si nietzscheano: el único hombre que se batió con todas las espadas contra la idea de lo "uno" y su totalitarismo ontoteológico. Por último considero con Heidegger que no existen "refutaciones" en el campo del pensar esencial.
Pena que no podamos asistir a un Seminario sobre el tema, porque entienda usted que estos envíos ni son bocetos de lo que debe exponerse.
Lea usted mi "Heidegger pensar y poetizar" y verá que todo sus temas giran alrededor de su interpretación de lo que constituye el "ethos"....y es en éste sentido en el que se debe leer su "Serenidad" en los tiempos de la "gestell" o el ordenamiento y la producción étnica de lo real. Guerras, patologías psiquiatricas, producción técnica, serialización del deseo.
Llevar la guerra hasta Irán es la revelación de un "ethos" con un "thelos" maniqueo: el definitivo Apocalipsis de un logos indeterminado y el estallido de esa cultura planetaria en que se ha consumado en "metafísica".
Esto lo supieron y sintieron los grandes poetas desde Holderlin a Celan pero les pasó desapercibido a los apasionados de un logos que no tiene fronteras.
Atte Oscar Portela |