Tanto silencio me tísna.
Me ahombra el alma.
Tanta morada vacía,
Tanto dintel escombrado,
Tanta puerta mutilada.
Eso es la vida señores.
Mientras nos vamos muriendo
En pos de esperanzas vanas,
Retornar es imposible
Las flores no dicen nada.
En el jardín un ‘suindá’*
Se posa oscuro en las ramas.
Así somos despedidos,
Porque despedirse es canto,
Es camino de intemperie
Sin rebozo ni posada.
Como siempre estoy conmigo,
Dialogando y recordando.
|