Tal vez podrías junto a las
voces que te colmaron cuando
quietísimo yacías como serpiente
ante densas visiones estar todo
ensalmado por la palabra ser
y luego pálido y enterrado
en noche que huye azotado por
el color que hábilmente
desposa con la escritura
blanca del misterio a salvo ya de
ritos y redes
que no te dan
consuelo e imágenes y nombres
que aún esperan despojarte del sueño,
viendo tan solo desfilar
pálidas gramas, nubes, cielos,
vacías estaciones entre tú
y tus ojos inmóviles
ya casi ciegos.
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