No me gusta France - exclamaba iracundo Unamuno - : “No sabe indignarse”. Para “indignarse se debe creer en lo digno (digno en griego “ to-esti”) como decía el gran poeta griego Odiseus Elytis en “To Axion Esti ” . Y en realidad un escéptico con respecto a la condición humana era aquel ironista por excelencia llamado Anatole.
¿ Pues tratándose del hombre para que indignarse, a que arruinar con malos humores una buena digestión?
Una pequeña novela revela así con un sentido de la ironía y la parodia su desprecio por la condición del hombre: una humorada que conserva hoy - aun como alegoría - todo su poder demitificador con respeto a las presuntas “dignidades de los pingüinos” y los derechos humanos predicados por las “pingüinas”.
Hasta el concilio de Trento las discusiones teológicas giraron alrededor de sí las mujeres tenían alma o no.
La alegoría se remonta más allá con una tierra todavía profana. Dios decide enviar a ciertos ángeles misioneros a la tierra para dotar de alma a los humanos. El Ángel, ya anciano y casi ciego baja hasta una isla en la cual logra divisar borrosamente ciertas figuras similares a la de los humanos conversando animadamente e inmediatamente decide bautizar a los mismos: el error quizá prolongue sus consecuencias hasta nosotros.
Los parlanchines hombrecillos de trajes a raya - como el Danny de Vito del “Batman” - eran solo Pingüinos. La alarma cunde inmediatamente hasta los cielos en la cual el supremo Creador reúne a sus más sabios “teólogos” para discutir la validés de aquel acto.
Aunque la confusión y el pánico cunden en las más altas esferas, los sabios deciden que el fallo del Angel cegatón no es pasible de ser apelado: no se puede volver atrás un dictamen de ese tipo. No se puede volver atrás aquel acto - no malévolo - sino y tan solo descuidado.
Imprevisibilidad incluso para un mundo perfecto. Desde ese momento el “mundo de convirtió en una especie de zoo” en la cual es imposible descubrir las diferencias entre los Pingüinos - aun remitiéndonos a su especie o ideologías - de los mortales.
¿ Son dignos los Pingüinos?.
¿Merecen el mismo trato que los hombres?. ¿ Resucitan a partir de la muerte? Enigmas que tendrá que resolver el futuro. Por el momento - aunque no manejan el lenguaje tan bien como los humanos y escriban con K (como), K querer) y asi hasta una serie infinitesimal de partículas de la escritura, sus discípulos y la gran familia gozan hasta hoy de buena salud y aún son temidos por la comunidad de los humanos.
Tienen "fama" de buenos administradores y sobre todo de buenos "recaudadores" y tienen la capacidad no humana de reproducirse a gran escala. Son camaleónicos y aceptan negociar como los mejores mercaderes merced a subsidios y acumulación de dinero.
En el cielo ya nadie se ocupa de estos temas. Pero en la tierra el temor de los humanos cunde y la pregunta que recorre el mundo especia suena así.
¿ Que va a pasar con la dignidad de lo humano si los pinguinos logran gobernar la tierra? Pues trasmutando la frase crística - solo la verdad os hará libres - nosotros decimos : solo la gracia de la libertad permitirá al mortal hallar la verdad.
Esto es Lo Digno . Repitiendo a Odiseus Elytis. “ To Axión Esti”.
Algunas noticias de último momento hablan de una dificultad genética de la especie K de los Pinguinos de adaptarse a las altas temperaturas y de la proliferación de la soja.
Por Oscar Portela
(a mis amigos Alberto. F. Robredo, Arturo Larrabure y Juan
Carlos Sanchez, en especial a la querida Cris Yozia) |