La Academia sueca otorgó al escritor sudafricano J.M. Coetzee el premio Nobel de literatura 2003. El jurado reconoció el conjunto de su obra "porque en múltiples artificios describe la implicación sorprendente de la alienación" (1). Señala que su obra es rica y variada y agrega que "una lectura perseverante deja aparecer, como una fórmula repetida, las tribulaciones de sus personajes en un vórtice, experiencia que el autor juzga necesaria para su redención. Sus héroes están penetrados del deseo de hundirse pero, de manera bastante paradójica, recuperan sus fuerzas desnudándose de toda dignidad externa" (2).
El periódico Le Monde de París al comentar la noticia ha dicho que "las novelas de J.M. Coetzee se caracterizan por una composición astuta, de los diálogos condensados y una brillantez analítica" (3).
Un crítico lo ha llamado "heredero de Kafka". Su amigo y colega Stephen Watson ha dicho "él tiene la capacidad de resaltar, como pocos de sus contemporáneos, algunas de las más imponderables cuestiones de la existencia".
El también premio Nobel José Saramago dijo: " Es un gran escritor. Lo tengo en gran estima tanto en lo personal como en el plano literario. La edad de hierro y Desgracia son dos libros duros ya que la realidad de Sudáfrica es también dura y terrible".
El escritor español Jorge Semprún califica su obra como "sutil y violenta" y a Coetzee como "perspicaz, lúcido y violento, con la sociedad del apartheid".
Su candidatura al Nobel había sonado insistentemente en los últimos años por la calidad y originalidad de su obra pero se aplazó quizás por la atribución del premio a la Sud-Africana Nadine Gordimer en 1991 y por la marginación que él ha mantenido de los medios.
Coetzee es conocido por su hermetismo y discreción. No es amigo de dar entrevistas o de participar en debates ni de recibir personalmente los premios como ocurrió cuando fue laureado dos veces con el Booker Prize y debía ir a Londres. Al conocer la noticia del Nobel dijo que fue "una sorpresa absoluta" y se regocijó porque coincide con el otoño cuando enseña en la universidad de Chicago, Illinois, donde da cursos sobre Platón y Whitman.
Nacido en 1940 en Ciudad del Cabo, a comienzos de 1960 Coetzee vive en Londres donde trabaja como programador de informática y hace estudios de literatura y de historia. En 1969 obtiene un doctorado en lingüística por la universidad de Austin (Texas) y una cátedra en la universidad de Búfalo en el Estado de New York. En 1984 se le asigna una cátedra de lingüística y literatura en la universidad del Cabo en Africa del Sur.
Como novelista, Coetzee se inicia en 1974 con la salida de Tierras del crepúsculo, y adquiere prestigio internacional en 1980 cuando se publicó su novela Esperando a los bárbaros. En 1983 recibió el Booker Prize inglés por sus novelas Vergüenza y Vida y tiempo de Michael K.
Ocho de sus obras han sido traducidas en español: Desgracia, Infancia, Las vidas de los animales, El maestro de Petesburgo, Juventud, La edad de hierro, En medio de ninguna parte.
En francés han sido traducidas diez de sus novelas, entre 1981 y 2003.
El prestigioso periódico Le Monde de París en sus ediciones del 2 al 3 de octubre de 2003 publicó varios comentarios sobre la obra de Coetzee.
Tierras del crepúsculo muestra ya "el poder de identificación que utilizará Coetzee cuando delimita lo extraño y lo abyecto", dice en la edición del 2.10.03. En el corazón de este país, prosigue, parece un relato de una psicosis. Esperando a los bárbaros, es una novela política que sigue la línea de Conrad, donde "el candor del idealista abre la puerta al horror".
El idealista es el Magistrado, un hombre justo y bueno, un funcionario al servicio del Imperio. El horror está representado por el poder del Imperio ejercido brutalmente por el coronel Joll y las campañas militares que emprende contra los bárbaros, nómadas cazadores que habitan tierras del Norte y del Oeste y se convierten en una amenaza obsesiva pero casi fantasmal contra la ciudad.
El Magistrado se enamora de una muchacha prisionera de la familia de los bárbaros que tiene los tobillos quebrados por los castigos recibidos. La convierte en su amante, se abren las puertas del amor, de los sueños y del olvido. Por ella conoce las torturas que han sufrido los prisioneros. La acompaña al frente de una expedición para entregarla a los bárbaros pero tiene que afrontar todos los peligros del camino hasta cumplir su objetivo.
A su regreso es acusado de haber entregado toda la información secreta a los bárbaros y es apresado y torturado. Por los conflictos bélicos, los saqueos de los soldados, la ciudad está casi desierta
El Magistrado interioriza su vida, monologa, sueña, tiene pesadillas, obsesiones; vive entre el sueño y la realidad, recobra su libertad, mendiga, reflexiona sobre el Imperio, sobre el poder y la libertad, quisiera vivir fuera de la historia del Imperio. Al final termina con vida...
Su novela Michael K, su vida, su tiempo, se "inspira en Defoe, en Kafka y en Beckett". En ella un ciudadano insignificante "huye un desorden inminente por un estado de autarquía y de mutismo que aniquila la lógica del poder".
Desgracia se desarrolla en África del Sur, después de la caída del apartheid, y cuenta la lucha de un estudiante universitario "humillado por defender su honor y el de su hija. Esta novela plantea " una cuestión central en la obra de Coetzee. Se puede escapar a la historia?".
En Escenas de la vida de un joven Coetzee trata "la humillación del padre y la perplejidad que entraña en su hijo, pero también relata "la presencia mágica en la vida rural sudafricana tradicional con sus conflictos interminables entre Boers e Ingleses, Blancos y Negros".
En Hacia la edad de hombre , el autor "diseca el joven que él era con una crueldad extrañamente reconfortante para todo lector que se reconoce".
El maestro de Petesburgo, explica la vida y la obra novelesca de Dostoievski.
Raphaëlle Rérolle en el artículo La subversión silenciosa de J.-M- Coetzee, Le Monde (3.10.03), lo llama escritor secreto, que se ha ocupado de la violencia y las relaciones de poder en Sudáfrica más allá de todo militantismo político. De este modo sus libros carecen de discurso, de glosas, no ocultan la verdad y representan "lo real en toda su complejidad". Lo político acompaña la ficción sin que el autor haya tenido una intención política deliberada.
En su país Coetzee ha recibido duras críticas porque no ha sido solidario con su pueblo así él haya condenado el apartheid.
Coetzee ha explicado su posición:" No soy un heraldo social, soy alguien íntimamente ligado al concepto de libertad y construyo representaciones de gente abandonando sus cadenas y girando su rostro hacia la luz. (The Guardian). "Dudo que el sufrimiento deba recomendarse como el marco mental adecuado para absorber cultura" El Mundo. Madrid. 14.11. 2003.
Rechaza la literatura comprometida, militante: "No veo por qué se debería automáticamente traducir o ensayar de traducir mi pensamiento en términos políticos. No es necesario conocer mis ideas para comprender mis novelas".(Le Monde. 4.10.03).
También ha declarado que no es apolítico o insensible frente a la dura realidad de Africa del Sur. Y que busca una literatura de la complejidad que muestre la realidad en toda su crueldad.
Rérolle, a propósito de En el corazón de este país (1977) , del escritor sudafricano, afirma que esta novela describe el problema de persecución racial de los negros promovida por los blancos. En el enfrentamiento y como única salida una blanca es violada por un negro, tema que se reitera en Desgracia cuando la heroína se somete pasivamente a la violación. Señala que Coetzee no dota de buenos sentimientos a las víctimas ni a algún otro personaje. Si las cartas ya están jugadas no se puede evolucionar. Este tratamiento curiosamente el autor lo aplica a personajes que más se le parecen como David Lurie, profesor de literatura en la universidad del Cabo, o a los que tienen el mismo apellido suyo.
De esta novela Coetzee dice que tiene que ver con su infancia vivida en una sociedad sudafricana rural feudal, donde se cometieron muchos crímenes. |