ANA ANKA
Nunca ha sido fácil la comunicación consigo misma o mismo, y menos amar el silencio. Le tenemos miedo, y nos sentimos más seguros en la dictadura del bullicio, desorden…
La paz interna y el estar en silencio nos conforman desde nuestros orígenes, con las más exquisitas creaciones e iluminaciones, dixit San Juan de la cruz.
Compartir consigo es un proceso que se siente y aprende desde el vientre, al saber neutralizar los condicionamientos y placeres efímeros, y al conocer, sentir el silencio con una vida austera nos da la comprensión y amor para con uno y el prójimo.
Los traumas, ansiedades y culpas le huyen al silencio pleno del corazón, porque el ser humano refleja en ese ótro su yo, su paz interna, alegría e inunda los espacios psiquicos y recrea tiempos al compartir. Siempre ha sido fácil ser víctima, pero construir alegría y el amor, retoñar de las cenizas, o del largo invierno o la muerte viene del sentir la voz del silencio en las profundidades océanicas de la psiquis.
La sociedad consumista en estos tiempos de fin de año, en tiempos de variantes del Covid, se destapan al querer controlar la psiquis, pensamientos y emociones con ruidos; sin valorar sus vidas muchos acceden y se agotan en extravíos, del mas largo tedio y cansancio.
La reclusión pandémica es un motor al cambio del ser en todas sus dimensiones, porque la sociedad al ritmo inhumano y salvaje que marcha, sin respetar al prójimo, ni a la Pachamama, va rumbo a su autodestrucción y ¿qué hemos aprendido, cuál es su autoaprendizaje en estos años de reclusión? porque la IA si tienen las capacidades del aprendizaje, y pondrían en duda la primacía de la razón humana .
La inercia mental e insensible a control remoto nos hace parpadear al nanosegundo las mutilaciones e incendios mundiales, muertes de niñas y niños en hambrunas, de animales, deshielos del planeta con cambios de imágenes o el mute. En qué nos estamos convirtiendo?
No es el ahora ni el momento de ‘la hora loca’, es la sensirazón, reflexión de las vidas, de hijas e hijos, de nietas y nietos, que no podrán comer ni beber o respirar . Esta ‘mare mía’, quizás, sea la penúltima de las vacaciones; los océanos son cementerios y todo a nuestro alrededor gime por vivir, asi como Nosotros, que creemos que el divertimento, consumo desaforado sea ‘hapeness’, cuando la sencillez y regalo o la donación de mi plato de comida a ese prójimo, nos acerque mas a sentirnos.
Los jóvenes están muriendo de soledad, en pleno bullicio de las redes, en ‘fiestas clandestinas’, duermen drogados en las calles, las basuras son botines de adultos y los ancianos mueren abandonados, mientras unos revientan de gula, ótros mueren de inanición.
Los tiempos de la inteligencia artificial irá a deshechar al humano? que pronto se extinguirá, si vamos al ritmo de la autodestrucción. Cada humano come, muere y se reproduce sin conocer la maravillosa potencialidad que tiene, sin tiempo de conocerse, al vivir entrampado en el ruido consumista y productivo del sistema. Aún creemos en las potencialidades y sueños de reconstrucción y creación del tiempo, destino o futuro o como se llame. El desaliento, la desesperanza, desamor nos mata en vida, convirtiéndonos en ciborg, aniquiladores, pero la inteligencia artificial vino para quedarse y no hay vuelta atrás ’’no se debe permitir el uso de la IA en ningún sistema mientras sus creadores no hayan demostrado mediante dicha evaluación que se puede confiar en ella’’ y agrega Kissinger, Schmidt y Huttenlocher, que la incapacidad de la IA para verificar por sí misma errores evidentes, al no tener conciencia de sí, no siente ni sabe lo que no sabe , nos pone de manifiesto la importancia de desarrollar procesos de evaluación que permitan a los seres humanos identificar límites, analizar los cursos de acción propuestos e incorporar resiliencia a los sistemas por si falla la IA y ¿qué tiene que ver el IA con la cultura del silencio? Porque se crea y recrea todo en silencio, y se toman las grandes decisiones, sueños y proyectos. La poesía con su asombro y curiosidad nos da alas e imaginamos nuevos mundos y renaceres.
La esencialidad al compartir consigo, nos abre nuevos portales y conocimiento del si mismo y se festeja a Si Mismo o canta a Si Misma, como decía el poeta Whitman, al tener conexión directa con la mar, sol, aire, montaña y ser la naturaleza, esa flor, cielo; o se es la amada o el amante en comunión y gracia espiritual , al escuchar sus latidos, respiración o tan solo velar su sueño, y amanecer en la bellezura.
Así, pues, nadie está sola o solo y en estos tiempos navegamos con los recuerdos del amor: de pareja, familia e hijos, y siempre el Amor propio, estima que nada tiene que ver con el amor egocéntrico.
La ‘Llama doble’ viene a mi memoria del poeta Octavio Paz y las llamas de las velas nos iluminen en cada momento de nuestras vidas y podamos retomar el silencio, la serenidad, crear tiempos de silencio, subjetivo, oir la voz interna, para que nos ordene calma, sin prisas y la mas bella obra renazca en cada corazón humano, al sonar las horas del año del 2022.
Escrito por Ana Anka