FERNANDO CUARTAS
Fernando Cuartas (Medellín, Colombia, 1958.) Poeta, ensayista, collagista, editor.
La actividad de Camila es una retrospectiva en el tiempo mítico, ese submundo de las transfiguraciones, donde todo ha pasado y sigue pasando en un secreto invisible que se encuentra en los resquicios del sueño. La población de Paracas, una cultura milenaria, ha dejado huellas con sus tumbas enigmáticas. Cráneos alargados, pipas funerarias, rostros deformados, máscaras de rituales aún no descifrados. Camila se introduce en ese mundo de oscuras connotaciones mágicas, crea unas esculturas donde al sólo observarlas, se respira lo sacro, el misterio y lo simbólico, de un mundo supuestamente no entendible en nuestro medio.
Oráculos, como el Oráculo Chamánico de la Serpiente Emplumada, nos entrega una figura de temblorosas miradas de otros mundos. El viejo sabio de una aldea entre las brumas, como la figura Maestro de los Antiguos, y el Guardian de los Portales y las Fases del Tiempo. Una escenografía tridimensional donde cada escultura, crea una leyenda: Rey de las Infinitas Luminarias, Oráculo del Origen, Oráculo de la Muerte Estelar y el Oráculo de la Sabiduría Estelar. Un mundo ritual, una poética de presencias de lo insondable, de esos arcanos silenciosos que parecen observarnos vestidos de roca o convertidos en mutismos.
Camila es pintora, escultora, ha hecho talleres y libros para la infancia. En algo se asemeja a las dinámicas lúdico- misteriosas de Tolkien, a esos conjuros entre la historia y las presencias de fuerzas desconocidas que nos visitan en la duerme vela. Pero sus figuras encarnan unas connotaciones casi totémicas, más cercanas a la imaginativa y entrañable literatura de Lovecraft. Ella misma ha creado una mitología, una serie de santuarios, unas figuras que podrían hablar en las noches y comunicarse desde las más profundas honduras.
En Camila hay luz, pero a la vez hay una vocación de viajar en las oquedades del tiempo, de refugiarse en mundos ignotos, desafiantes, oscuros y primigenios. Camila es muy joven, nacida en 1991, ciudad de Medellín, vivió en México donde esa cultura prehispánica singular ha influido en sus procesos. Lo mismo se podría decir del mundo olvidado del sur, mucho antes de los Incas, civilizaciones extrañas, con ritos de deformaciones craneales y sus signos trazados sobre la piel de los desiertos o en los bosques. Camila toma esas fuentes y las recrea y las vuelve a bautizar desde sus intuitivas gestaciones artísticas.
Bien decía nuestro poeta Jorge Zalamea “en poesía no hay países subdesarrollados”, todos los pueblos originarios han estado poblados de sacerdotes, oradores y poetas, de bebedores de estrellas y de filósofos alucinados. La mujer encarna en ese mundo un papel chamánico de iniciación, es la línea con la tierra, la fuente de las aguas y el corazón de las tinieblas, es la luna y sus azares, es el código secreto para abrir portones de luz en medio de las sombras. Bien, a esto se dedica Camila Ríos Monsalve.