FM
¿Cómo separas lo que llamas de libros para niños y libros para adultos?
¿En qué consiste el cambio de una escrita para otra?
ZB
¡No los separo! Y no sé en que consiste el cambio. Tanto unos, como
otros crecen del mismo mundo: a veces suave, a veces sombrío. La única
diferencia es por dónde entramos allí, y en qué momento. Sólo las
sombras “adultas” parecen más oscuras.
Un
ambiente parecido se siente en la obra de Federico García Lorca o Rainer
Maria Rilke… como, también, en nuestros sueños y deseos, presentimientos
y esperanzas, ilusiones o miedos. Y todo en ese mundo depende de
nosotros, porque no somos sino nosotros quienes lo creamos. Y podemos
cambiarlo como nos da la gana, en cada momento.
FM
¿Además del español, para que otras lenguas puedes traducir tu misma tus
poemas? Imagino que las asociaciones semánticas, la magia que uno
descubre en la simbología de otro idioma puede llevarlo a cambiar cosas
en ese ejercicio de traducción, casi como se estuviera a escribir otro
poema. Cuéntame acerca de tus experiencias.
ZB
¡Claro que sí! Muy a menudo inopinadamente aparece un poema distinto –
con distintas asociaciones, melodía – y esas sorpresas son fascinantes.
Intento traducir al inglés y francés, pero siempre necesito ayuda.
Laura, mi amiga española, es la única con quien puedo trabajar, pienso,
idealmente.
Por
lo general, es el idioma que me lleva – parecido que en polaco – no sólo
su música, el ritmo interior (que más se siente que oye), las rimas.
Y es
verdad que el español ha llegado a serme lo más cercano: su simbología,
su magia, como dices; las relaciones específicas entre las palabras; las
imágenes que surgen de detrás de ellas.
FM
Tienes una escrita muy marcada por una atmósfera de pureza, como se
fuera la primera mirada sobre las cosas, siempre ese tono de quien está
desvelando un mundo sin prejuicios, sin juzgar la naturaleza de las
cosas. Es una descubierta de afinidades con cada cosa que tocas con tu
escrita. ¿Qué busca la poesía a través de Zofia
Beszczyńska?
ZB
No sé cómo me ven o sienten los demás; lo único en que tengo interés es
abrir un diálogo con un lector imaginable. A los niños suelo decirles
que mis poemas son las cartas que mando a lo desconocido, a los amigos
desconocidos – todavía. Lo interesante (o raro, tal vez) es lo que cada
uno puede leerlos de una manera diferente. Así como no sé, de veras, qué
a través de mí busca la poesía, cómo llamar ese “algo” que no soy capaz
nombrar yo misma.
Pero
ya que preguntas por la naturaleza – para mí el mundo es el organismo
que vive, y se está desarrollando. Y mi escritura es su parte.
FM
¿Crees que se puede observar algún diálogo secreto entre tu poesía y la
de Federico García Lorca? ¿Qué poetas hacen parte de tu mundo de
afinidades?
ZB
Tienes absolutamente razón, Federico García Lorca es mi poeta primero y
el más importante, sin embargo, lo que puede ser interesante, la
afinidad con su mundo en mi poesía se ha mostrado en las traducciones en
español; sólo entonces empezó a verla. La magia de la Luna, el color
verde, la presencia sensible y constante de la muerte, incluso las
misteriosas ciudades blancas que surgen de la noche…
Pero
también, y muy fuertemente: Rainer Maria Rilke, con sus ángeles y
muertos que nos visitan cuando dormimos: caminamos por las colinas del
sueño, ¿sí? – tan semejante a la muerte. ¿Y los otros? Todos, como
pienso ahora, relacionados con las distintas etapas de mi vida… y no
desaparecidos hasta hoy. Emily Dickinson. Fernando Pessoa. Anne Sexton.
Y, recientemente descubierta, Gloria Fuertes, por la quien, como para mí,
el mundo de pequeños y el de adultos no se diferencian, al contrario
crean un lugar común, más rico, multidimensional y maravilloso que el
que llamamos “real”.
Y de
los polacos – Zbigniew Herbert.
Estupendo.
FM
Seguro que por fuerza del Premio Nobel, en Brasil se conoce la poesía de
Czesław Miłosz y Wisława Szymborska. Además de Zbigniew Herbert, de
acuerdo contigo que sea estupendo. El trío confirma la fuerza de una
tradición lírica magnífica. Háblame un poco más de esa lírica, de como
se renueva la poesía en Polonia y como se relaciona con esa parte de
Europa en que está ubicada.
ZB
Me cuesta hablar de la poesía, no soy
crítica y siempre quedo desvalida delante de su fuerza y misterio. Y no
seré original si digo que Szymborska ha dado a la poesía polaca lo
intelectual, la ironía aguda, la distancia consigo misma, y lo real:
nacional, social, histórico... Sin duda, es perfecta.
En
la escritura de Herbert la distancia se muestra a través de la mitología
y la civilización greco-romana, aunque eso no es lo más importante,
existe algo más, no sé qué, un misterio que me hace volver y volver a la
lectura, buscando y no encontrando, cada vez de la manera distinta. Y,
porque le conoces tú también, sabes acaso que por él la sal de la ironía
es algo primordial; tal vez no hay nada original en el mensaje, ¡pero
cómo lo cuenta (“De la mitología”)! Y pienso: ¿será la ironía misma la
esencia de la poesía?
A
Miłosz le conocí tarde y aunque soy consciente y estoy convencida de su
valor e importancia en la literatura polaca, no puedo evaluar su obra.
No se me abre.
Es
muy difícil hablar de poesía y acaso no se debería: como de amor, ¿no
crees?
FM
¿La obra de Zofia Nałkowska te ha despertado algún interés? ¿Alguna otra
mujer en especial?
ZB
¡Tu conocimiento de la literatura polaca me impresiona! Conozco la prosa
de Zofia Nałkowska, distante, perspicaz, intelectual. La respecto y
aprecio, pero no veo sus marcas en mi vida. En general la recuerdo como
lectura escolar, para mí es ya un capítulo cerrado.
¿Y
las poetisas polacas? Sí, es verdad, hay algunas, he aquí los ejemplos.
Anna Kamieńska (1920-1986). Anna Świrszczyńska (1909-1984). Maria
Pawlikowska-Jasnorzewska (1891-1945): una reina de la lírica de amor,
sensible que no sentimental, muy innovadora y moderna incluso ahora. Ewa
Lipska, en su obra temprana.
Por
decir verdad no leo mucha poesía. A menudo recibo los libros de mis
colegas (y las más de las veces los leo), pero eso es otra cosa.
Generalmente antes que poetas prefiero poemas.
FM
Háblame de tu experiencia de lectura, el contacto con el público, la
manera como reaccionas tu frente a ellos.
ZB
Frecuentemente tengo encuentros con los jóvenes, y eso es algo
maravilloso, sobre todo con los más pequeños (5-6 años). Puede ser
bastante difícil, claro, hay que encontrar el idioma común, la manera de
abrir el contacto; la comunicación. Sin embargo, como siempre, mi objeto
es crear el diálogo. Pueden preguntarme de todo, sin excepción. ¿Y sabes
cómo lo hacen? “¿Cuántos años tiene?” es muy banal, también “¿Cuánto
dinero gana?” o “¿Puedo ir al baño?”. Pero mira, por ejemplo: “¿Se
cumplen los deseos?”, “¿De qué color es la magia? “¿De qué cosa tiene
miedo? ¿Se avergüenza?”, “¿Qué poema (libro) suyo no le gusta?”, “¿Qué
piensa el silencio?”. Impresionante, ¿no?
Muy
a menudo jugamos con las rimas, creando nuevos poemas locos, a veces nos
divertimos haciendo teatro basado en mis textos...
Con
los adultos es más difícil mostrarse sincera, son demasiado serios. Y no
les apetece abrirse, no osan; entonces, generalmente no hay diálogo. No
hay intercambio.
FM
Recuerdo que nos conocimos en un festival en Granada, Nicaragua. Allí
mismo, y luego seguimos por correos, hablamos de una íntima relación
entre música brasileña y polaca, intimidad establecida por la Bossa
Nova, sin que eso signifique propiamente un influjo del género brasileño
en la polaca, pues hay algo de paralelo en el desarrollo de esa música
en los dos países. Fue cuando pensamos que la raíz de las dos cosas
podría estar en Chopin, que en esa época era un compositor muy popular
entre los músicos en Brasil. Bueno, el tema exige la opinión de un
músico, por supuesto, pero dime que se conoce de literatura brasileña en
Polonia.
ZB
Muy poco, desgraciadamente. Sin embargo gracias al “boom” de la
literatura latinoamericana en los 70. Hemos conocido unos destacados
escritores brasileños, y algunos siguen siendo populares y apreciados.
Lo
más estimado es la obra de Jorge Amado, para la mayoridad de polacos un
verdadero símbolo de la literatura brasileña. Después va Clarice
Lispector, la mágica. Se conoce también a Mario de Andrade
(principalmente gracias a su Macunaima, el libro y la película), João
Guimarães Rosa… Y los poetas: sobre todo Carlos Drummond de Andrade y
Manuel Bandeira.
Ai,
y la novela de José Mauro de Vasconcelos Mi planta de naranja-lima (O
Meu Pé de Laranja-Lima) se encuentra en la lista de recomendación de los
libros más importantes para jóvenes.
FM
¿Olvidamos algo?
ZB
En realidad: ¿de qué color es la magia?
[Fortaleza, Varsovia – Julio de 2010] |