Es un chico

 

RolandoRevagliatti en junio 22 – Foto Mirta Dans

ROLANDO REVAGLIATTI
nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, la Argentina. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos, relatos y microficciones y quince poemarios, además de otros cuatro poemarios sólo en soporte digital. En esta condición se hallan los seis tomos de su libro “Documentales. Entrevistas a escritores argentinos”, conformados por 159 entrevistas por él realizadas. Todos sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.com


Es un chico: no entiende

 

1

Duerme

             mujer enroscada: se quedó dormida:

mujer que se queda dormida.

 

2

Ellos piensan que mi problema es que soy un idiota

Se equivocan: mi problema es que no soy un idiota.

 

3

Cuando sea grande mi mamá me va a conseguir una novia.

 

4

Diana Dors

inmiscuye sus tetas de nácar

en mi sopa

¡yeeeeaah!… Diana.

 

 

Bogotá treinta y tres treinta y dos

Las gitanas

el caballo del sifonero

el carro del sifonero y el pescante del carro del sifonero

el perro gris o blanco vecino

el potrero al lado de las vías

-la mancha la escondida el picado las kermeses-

el túnel de la estación

las hojas en las calles el tranvía

Elsa y Osvaldo en el zaguán

la calesita y el colegio

 

Bogotá treinta y tres treinta y dos

los pibes de la otra cuadra

ninguna maestra memorable

tres argentinas por ochenta centavos

el ruido de los aviones

mirá para los dos lados

al parque Avellaneda con mi papá

los domingos

al trencito y al sol.

 

 

Decaigo

Qué nombre habrá tenido mi primera segunda mamá

cómo sería

 

Decaigo como un juguete que ni se cuida ni se rompe

no corro ni dibujo

me firmé el boletín con la palabra equis.

 

 

Infanto-juvenil

¡Cómo te perdías en Harrods!

Te dejaban sin manos y sin mapas

las estanterías tendrían ropa difusa y difundida

toallas supongo sábanas

todos eran mayores y apurados

 

Después

que los perros chumbaran nomás

cerraste la celosía

con alevosía

adoleciste como un pescado.

 

 

Stella Maris

Hay ternura que valga

                                   lo sabías

trino que la querías

                               se te posa

un motivo con algas

                                te prefería

cuantiosa y rauda

 

Entre las hijas linda la primavera

hay lo que hay y hay lo que queda

 

Acaricia tu ensueño quien te acomete

la poesía

el libro es otro y otra es siempre

 

Y siempre es otra la de esos ojos

y la tristeza que te remuerde

es desde el cielo donde anduvieras

tu ser terrestre.

 

 

Constanza

Toda extremista ella

toda extremadamente ella

                                         ella

toda que es toda

que si usted no la ama ni la deja

es que ni es

                  usted

y ella sí

ella es toda

 

Es toda así

como la ve

                  si viera

como se deja amar y desamar

-si fuera usted capaz de desamarla

después de haber sido capaz de haberla amado-

en fin

         es toda así

una bicicleta de lujo

¡¿o no me entiende?!

 

 

Marisa G.

Una inenarrable cara de mujer

                                                 la tuya

los ojos

            nada menos

que esgrimistas tiesos.

 

 

Mirta

Recórcholis y albricias viven una aventura

de mimos y sulfuraciones

se confrontan los experimentados estilistas

la pasión y la argucia

 

Recórcholis y albricias viajan en carrindanga en pleno mediodía

adoran las frutillas y a José Donoso

lo más la vida que conozco

 

Recórcholis y albricias son a veces

soldado de la Independencia

mostazas y bullangas en contubernio

 

Recórcholis y albricias son una mina

                                                           hay que decirlo

cuyas vetas develan

                                mis fotografías.

 

 

En verso

Espantado por tu limpio nombre

salí a relucir veteado y calvo

cosa que me reconozcas

autonomía de espanto

 

Yo te sublimo a medianoche

entre gritos desgarradores

y paradas de carro

 

En verso impreco

consubstanciado te reclamo

caten catadura y carisma

estofa del armisticio

viva.

 

 

Quiero y quererte

Te quiero para todo

(salí a quererte donde se pudiera)

aunque el ángel se haya hecho pelota

(arrepentido el domingo

de haberse insinuado en francés

el sábado a la noche)

No es desde la alcoba de Dios

que te grito mi azúcar manchada

Ni ropero ni guitarra ni cantor

la cama como siempre:

                                    ¡venceremos!

 

Cargá con tu cruz

pero con más gracia

a ver los hombros, las rodillas

no escurras del escultor el embeleso

Ondulo en el umbral una rapsodia de recibimiento

no te doy permiso para huir

me río con todos los dientes

te cierro con llave

te guiño con la chimenea

que ya empieza a concebir

un humo

              raro

 

Vení a sacarme el moho y la camisa

y por favor

el nudo en la garganta.

 

 

De tango

Me dejaste por otro

aunque el otro no existía cuando me dejaste

por otro

 

Me dejaste

por otro, aunque el otro no existía

cuando me dejaste por otro

 

Me dejaste por otro, aunque

el otro no existía cuando

me dejaste por otro

 

Me dejaste por otro, aunque el otro no existía

Cuando me dejaste por otro, el otro no existía

 

Por qué me dejaste

                              mi linda Juliana

tu nene es un pájaro

de fuego mojado.

 

 

La dexyuprilora  

Ella se descubrió

su midada de gaba

en una foco

su miyada de gala

en una foro

su mimada de gafa

en una fofo

su mitada de garra

de una fobo

su mixada de gaxa

en una foxo

ella se descubrió

 

Ella se descubrió

su mifada de gaja

en una fogo

su migada de gaga

en una folo

su minada de gana

en una fono

su mipada de gaña

en una foño

ella se descubrió 

 

 

Ella se descubrió

su mirada de gata

en una foto.

 

La musa merodeadora 

                                         “Yo tan sólo veinte años tenía”
                                                          Enrique Cadícamo

Hablamos largamente en la plaza

de sus creencias, de mi incredulidad

a qué me dedicaba y qué quería ser

-un levante común el mío, sin sospechar-

y qué nombre le puso a su hijito y por dónde vivía ella

de Nicolás Olivari, más tarde

entre polvo y polvo

lavándose

 

Yo tan sólo veinte años tendría

y no aflojó

-mi segunda puta

aquella merodeadora del Once-:

 

le tuve que pagar.

 

 

Ánima

Su suave cadáver se me apareció tres meses

orlada de geranios

 

y me cebaba un amargo espumoso

la finada. 

 

 

Chiste

Calcaré

            sin maestría

un chiste por si las nupcias

 

Posareme

                como pata de galgo

sobre la escritura invisible

de tu tinta ilesa

 

Voy a hacer que mi estancia en ésta

te conmueva

voy a cabalgar un caballo cáustico

que únicamente me traiga de regreso

 

Arrojareme

invadido por un atroz romanticismo pulmonar

a las secas aguas

de la borra ilustre

de tu vino grueso

 

Voy a sacar mi pobre reloj de la bañera

no sea que el tiempo se moje en serio

y que la pólvora.

 

  

La raíz

Ella se propuso incendiarme el camino

contrastar la roca y el silencio

bordear el horizonte con sus rulos y trinos

desbrozar la soledad y el sol eléctrico

 

Yo dispuse sus manos sobre toda la herida

de mi látigo terco

ahondé la claridad

                             la oscuridad

                                                la decidida

inicial de su cuerpo

 

Ella se deslizó como la gota plena

como una fiebre verde y bienvenida

como un reloj de arena o como arena

y extendida

 

Yo sepulté la racha de la umbrosa

constelación de pájaros y lenguas

unté sus manos

                        otra vez

                                     su rosa

constituí en ausencia

 

No se puede vivir con tanta muerte

                                                        ni morir

ni se sabe qué hacer con la sed

                                                 y con el hambre

donde ponemos la agonía

                                         algo

                                                no cabe

 

Otro pájaro o el mismo

incrusto su pico

en la única

                 raíz.

 

 

Esa

Esa mujer es un tugurio

no es parecida a ninguna alondra

no escatima su perfil más bárbaro

la ufana su estirpe gangosa

grávida cuanto que al filo del letargo.