En la espiral está la huella del origen…

MINOR ARIAS UVA


MINOR ARIAS UVA, (Pérez Zeledón, Costa Rica, 1971). Doctor en Educación. Escritor, poeta, Profesor Universitario, Promotor Cultural. Entre sus libros publicados destacan Canción de lunas para un ermitaño, Universidad Regiomontana, Monterrey, México. Canción de lunas para un Duende. ECR.  Publica sus textos en diversas revistas latinoamericanas. Es colaborador y amigo de las ediciones surrealistas de Art Edition, San José, Costa Rica.


Barajar la poesía,  Surrealismo en Latinoamérica, de Alfonso Peña,  Art Edition, San José, Costa Rica, 2019; Colección El amor por las palabras, Arc Edições e Editora Cintra, São Paulo, Brasil, 2020. Muestra gráfica, Amirah Gazel, 230 pgs.

De cuando en cuando recibe uno libros poderosos, libros vivos, que giran en sus propias espirales y nos lanzan hacia la frontera de las posibilidades, allí donde revientan las semillas del asombro, donde nace la nada y el susurro de las sílabas.

Vivimos inmersos en un collage de percepciones.

La poesía es la agitación misma de la existencia, que temporalmente se aquieta en hojas de papel, lienzos y formas.
Todo lo que el poeta-artista capta es tan solo pátina del espacio-tiempo, espejismo.

En este libro Alfonso Peña conversa con catorce creadores que nos hablan de sus procesos creativos, de sus influencias y confluencias, de sus búsquedas actuales, de sus percepciones  sobre el surrealismo.

Lo novedoso de este trabajo, es que Alfonso conversa desde su propia visión poética, onírica y lúdica con estos creadores. Esto lo convierte en un libro fractal: un creador entrevista a otro creador, que a su vez habla de su proceso creativo, y las motivaciones que han tenido de otros creadores, y entre ellos, además, han co-creado obras también. El surrealismo es el latido que sostiene el ritmo de las conversaciones.

Para estos creadores, el surrealismo va más allá de establecer relaciones y encuentros irracionales, o de generar escrituras automáticas. Para ellos el surrealismo significa las múltiples maneras de observar la realidad y de interpretarla. Un perpetuo gozo estético.

Manuel Iris acertadamente escribe en su prólogo : “ …Peña , y catorce creadores (muchos de ellos se dedican a más de una forma del arte) que, a veces intencionalmente y a veces como dictado de su genética creadora, devienen en el surrealismo actual…”

Me parece un inmenso hallazgo hablar de “dictado de su genética creadora”, porque las hilachas que sostienen la creación espontánea nacen en la intención del artista de sentir y observar el mundo desde la partícula incrustada en la uña del dedo meñique de la pata 7 de una hormiga hasta la galaxia Andromeda espiral M31.
Un creador-observador perpetuo como lo es Floriano Martins.

Para Viviane de Santana: “La época actual podría ser más propicia para el surrealismo que en su inicios. Con la diferencia de que, mientras el surrealismo original trabaja el inconsciente, lo onírico, lo maravilloso; hoy día, lo inconexo es parte de la actualidad, y el surrealismo actual tendría que fundamentarse en el absurdo del presente”.

Leila Ferraz sostiene:  “…porque el surrealismo es un estado del alma y presupone una manera de ser y actuar en el mundo”.

Armando Romero aporta “..el surrealismo no es una escuela literaria sino una forma de vivir en la libertad dentro de la poesía y el amor. Es triste ver que algunos poetas de nuestro continente todavía ven el surrealismo en sus proclamas de escritura automática y juegos literarios”.

En este sentido la visión surrealista se asemeja al chamanismo, y viéndolo más científicamente, a la física cuántica, que es la ciencia de las probabilidades. El observador cambia lo observado, pero además tiene el don de crear sus propias realidades.
Surrealismo, cuántica y chamanismo: espacio pluridimencional: ser, conciencia, energía, espíritu.

La apreciación cercana del surrealismo nos lleva a concluir que, en nuestras culturas ancestrales existen poderosas raíces surrealistas.

En un país como Costa Rica, los creadores necesitamos sumergirnos en nuestra magia ancestral, en los seres viviendo en cuatro dimensiones a la vez, y tantas otras libertades energéticas que hemos dejado en el olvido.

Descolonizarnos es encontrar el valor de las artes, magias y ciencias ancestrales.

Por ejemplo cuando Dios Sibú (Dios Bribri y Cabécar principalmente) sacrifica a Iriria y la estalla en una especie de big bang para transformarla en nuestra Madre Tierra, Namaitami la madre de Iriria llora lágrimas de fuego. Sibú crea unas plantas llamadas Sahinillo para recoger estas lágrimas para que no dañen su creación. Una lágrima se sale de una de las plantas, y se transforma en el jaguar de agua o Dinamú, que transmuta y cambia de color según la materia en la que se mueva.
Y así podríamos seguir con nuestro génesis ancestral. El mismo Sibú nace de una piedra.

Claudio Willer, uno de los entrevistados, refiriéndose a la relación entre Chamanismo y poesía dice:
“…sistematicé algo para un curso reciente: me llevó a un estado de alucinación de ver chamanismo en todo lo que leía de nuestro gran poeta Jorge de Lima”
Y también hace esta advertencia sumamente válida en este momento en que se acorralan y hostigan los espacios de nuestras culturas originarias: “Ya compartí la advertencia de Octavio Paz, de que destruir culturas arcaicas no es solo la destrucción del pasado, significa la destrucción del futuro”.

Zuca Sardan nos comparte: “ El humor para mí es una forma de conocimiento”.
De igual manera nuestros mitos ancestrales están llenos de humor. Sibú le pegó una olla en la espalda al armadillo como castigo por comerse el maíz con el que estaba creando a los seres humanos. Sibú nos haría de todos los colores del maíz, pero el armadillo echó a perder su plan, y quedaron solamente granos blancos, negros, cafés, amarillos.

En otro historia  el colibrí es enviado por Sibú con una bolsa que contenía los colores del mundo, para que los esparciera. Con la advertencia de no tocarlos. Pero mete una ala para sentirlos al menos, y queda tornasol, y su intermitencia es parte del castigo recibido.

Siempre en este campo chamánico, originario, Enrique Santiago nos revela: “ Creo que este país, y más aún el continente, está influenciado por una poderosa cultura chamánica, entonces el animismo en muy fuerte en estas latitudes, y esto se ve reflejado en la forma como el habitante vive su vida día a día, y donde los elementos mágicos son parte de algunos elementos cotidianos…lo que se traduce en una actitud poética-mágica ante la vida.

En relación a la espiral, tan significativa para nuestros ancestros, Enrique completa: “En mi poética ella es la llave a toda forma espectacular, porque a partir de su forma puedo ir abriendo conceptos que se vinculan a partir de lo indecible, la espiral misma es un milagro” .

Ricardo Echávarri, valora el misticismo presente en la cultura mexicana, “…en México el sueño y la realidad, la vida y la muerte, el pasado y el presente, y todas esas antinomias que el surrealismo buscaba remontar, tienen en este lugar misteriosos vasos comunicantes.

Estas visiones surrealistas del mundo se manifiestan en todas las culturas ancestrales, y en nuestro continente, tuvimos el triste acontecimiento de la esclavitud de personas africanas. Ellos llegaron con sus cosmovisiones, sus danzas rituales y sus Orishas. Que integraron y sostuvieron a pesar las prohibiciones. Valiéndose del sincretismo, y de la transmisión oral.
Esto vuelve aún más rica la mezcla de magias y creencias de nuestra América Latina.

Nelson De Paula en relación a este tema nos aporta: “ Respeto mucho al candomblé. Y respeto aún más a las entidades mágicas que gravitan por mi astral. Sete Pulos es una visita a estos seres –no solamente del candomblé-, también hay temas del imaginario “caipira” y “caicara”.

 

Creación y fuego

Como lo mencioné antes, en este libro también los Creadores nos hablan de sus propios génesis.

Fernando Cuartas, en una especie de animismo poético, de vacío cuántico, donde la existencia es una sola vibración de átomos: “No se puede creer hoy en día en esa inspiración que te llega tan sólo contemplando una cigarra, hay que vivir en la cigarra, lo que es lo mismo que sentir que lo que se escribe o se hace es parte de uno, uno cercenado o completado en un acto de demiurgo. Uno es la hoja y la roca, el agua y el fuego. Se trata de meterse en el objeto nombrado, de beberlo si es necesario”.

Carlos Barbarito nos comparte: “Escribo como si a un paso estuviese acechando la muerte. No es de ahora en mis setenta. Es algo de siempre, desde que escribí mi primer poema”.
Y hablando de su niñez : “Yo sentía con todo el cuerpo; el simple ruido de la lluvia me conmovía, me erizaba la piel. A ese paraíso lo extravié hace mucho y, quizás, escribo en un intento desesperado por recuperarlo”.
Los niños conservan la frescura de la conexión cósmica, que poco a poco se les va anulando , pero al igual que los Chamanes y los físicos cuánticos intuyen los pasajes dimensionales , y la relaciones sutiles entre lo orgánico y lo inorgánico.
Ángeles , duendes, demonios, objetos que se trasladan en silencio desde su naturalezas atemporal. Bajas frecuencias, sueño, ensueño. ”Volver a ser niños para entrar en el reino de las posibilidades”.

Beatriz Hausner, otra de las creadoras sostiene: “Para mí no existen barrera ni límites en la creación poética, ya sea a través del verbo, o en los hechos de la vida cotidiana misma”.

Floriano Martins sabiamente nos insta: “El blanco de la creación es crear, y crear siempre. Ahora, al mismo tiempo la creación es luz y oscuridad, como los cuatro elementos de nuestra constitución humana: pensamiento, sentimiento, sensación e intuición”.
Continúa: “Vladimir ha dicho que yo vivo en un estado natural de creación. Y así verdaderamente me siento. Porque si no hay distinción entre vida y obra, estoy viviendo cada partícula de instante de lo que soy, por supuesto que todo lo que hago es crear”.

Alfonso Peña se refiere a la obra de Amirah Gazel: “En el proyecto de Amirah percibimos y vislumbramos entidades de otras dimensiones, gemas alucinantes, carbunclos que se desdoblan en microrganismos sepias y llenos de misterio”.
Y Amirah habla de su propio proceso creativo: “ Es sabia ardiente, me toma por sorpresa, en mi propio olvido, a veces en estado de ensueño, en los lugares más inéditos o absurdos, a solas o en buena compañía, en medio del tumulto y cuando menos lo espero me susurra en silencio, en aspecto de imagen, de script, de formas confusas, recuerdos, dolor o alegría…y de manera feroz la conquisto, la atrapo sin pedirle permiso, la amanso, la hago mía…”.
Poéticamente manifiesta: …floto en gotas de silencio.
Además “…doy gracias por estar ahí, del otro lado de la membrana de la conciencia, en mi realidad paralela, en la realidad maravillosa. En el fenómeno espiritual, poético, de la metafísica”.

Alfonso le pregunta a Rodrigo Verdugo: ¿Es el poeta un volatinero o acróbata de la existencia?
“Si lo es en cuanto a estar en un continuo abismamiento tanto con la realidad como con el misterio, el poeta se suspende sobre todos los abismos, tanto del leguaje como existenciales, metafísicos, oníricos, etc, para remontarse al arcano del lenguaje”

Leila Ferraz habla de sus procesos también:
“Creo que jamás me ligaré a un tema central. Y si lo llegara a hacer, estaría limitando mi creación, que siempre corrió libre y ágil”.

Mi aporte es tan solo un destello del estallido de ideas, percepciones y visiones poéticas, que se amalgaman en este libro, que profundiza en el surrealismo latinoamericano y vislumbra su vigencia y sus caminos.

 

San José, Costa Rica, marzo de 2020.


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