Diálogo entre dos poetas automáticos

 

BERTA LUCÍA ESTRADA ESTRADA


Furor de Máscaras[1]  es un poemario aparentemente erótico que está dividido en dos capítulos, Besos abracadabra y A la sombra de un mito fugitivo. El primero es firmado por Anna Apollinario y el segundo por Floriano Martins. Y antes de presentar el libro quisiera explicar como se desarrolló esta experiencia creativa. En el caso de los poemas escritos por  Apollinario el primer verso de cada uno fue escrito por Floriano Martins, y viceversa. Los poemas fueron escritos en un diálogo entre los dos creadores y  cada uno fue escrito en un tiempo límite de cinco minutos. Y si bien en cierta forma se trata de una escritura al alimón también es cierto que cada poema lleva la impronta de su autor.

Furor de Máscaras es un diálogo erótico entre dos poetas que si bien buscan encontrarse lo único que tienen claro es que su historia relata los desencuentros de dos amantes y su imposibilidad de comunicación física y mental. En cierta forma es una alegoría a la in-comunicación humana, es mostrarnos en el espejo nuestras propias frustraciones y nuestros propios límites, como El último tango de París, de Bertolucci. Para entender esta idea debemos leer de nuevo el título del poemario, Furor de Máscaras; puesto que es el logos –léase discurso- que va a desarrollarse en las 111 páginas que lo conforman. Recuérdese que el título de una obra debe ser, en la medida de lo posible, una bitácora que le permita al lector viajar sin perder el rumbo. Y por supuesto, encontramos el pathos visto como el discurso con el que los autores esperan atrapar a los lectores; en este caso es el furor que nos remite a los sentimientos que van a ser el timonel de este bajel de pasiones que han construido Apollinario y Martins en su astillero de palabras; con el nos cautivan y ya sabemos que el mar al que nos invitan a navegar va a ser indómito y violento. Y las máscaras es el ethos; entendido como conducta o costumbre heredadas del grupo social al que pertenecemos. ¿Acaso no vivimos en una permanente mascarada? ¿Acaso no tenemos en nuestro rostro decenas -tal vez centenas- de máscaras que cambiamos a nuestro antojo o bien según las normas sociales que exigen comportamientos adecuados a la cultura y a las costumbres propias del grupo social al que pertenecemos? En otras palabras Furor de máscaras es un título que seduce y que nos atrae como un imán, no nos suelta hasta que terminamos de leer todo su discurso; y por supuesto, no salimos indemnes. Y es precisamente esta bousculade, este atropello que recibimos, que hace que el poemario de Apollinario y de Martins no sea un libro cualquiera sino uno que va a sobrevivir a los avatares del tiempo. Lo que quiero decir es que estamos ante un buen poemario, donde cada palabra y cada imagen tiene la fuerza necesaria para recibir los embates de la pasión en toda su dimensión; no sólo física sino mental. Es el caso de Eones, el poema  de Anna Apollinario que abre el umbral a esta batalla de pasiones y de furias:

La lluvia anima las cítaras en nuestras lenguas
Somos brújulas sonrojadas
El frenesí flota en la sombra

Y en La nube de Zeus Floriano Martins le responde:

Zeus quiere otra canción para él
una ofrenda del misterio,
donde pasa el filo de la navaja,
donde la curva se estrecha,
en la cresta de la danza, Zeus
quiere el sexo hinchado de la noche.

La brújula sonrojada, posiblemente asustada porque no sabe en qué dirección moverse, siente el filo de la navaja mientras Zeus/quiere el sexo hinchado de la noche. Con estos dos poemas, que dan inicio a la creación de Apollinario y de Martins, nos sumergimos en el pathos del que se hablaba antes: Furor de máscaras. No hay que olvidar que Zeus usaba diferentes disfraces para seducir o para violar a las diosas o a las mortales que él deseaba. ¿Cómo olvidar a Zeus convertido en cisne y la posterior violación de Leda? Rubén Darío la describió así:

Tal es, cuando esponja las plumas de seda, 
olímpico pájaro herido de amor,
y viola en las linfas sonoras a Leda,
buscando su pico los labios en flor
.

A lo que Anna Apollinario responde:

Las sillas vuelan por la habitación…
A través de mi plumaje mágico
Las sombras arrojan destinos a través de las ventanas
Mis garras gotean tiempo
Y en Alarido, grita –aúlla-: Ahora el silencio se pasea bajo los escombros

Y Floriano Martins responde: Una pluma descifra el universo…
Levita, posa, insinúa la pizarra del ser
y escribe muchas veces que no existe

Y es que el Silencio y el Tiempo son hermanos gemelos, navegan en las colas de los cometas para no olvidar lo que las Máscaras han hecho; por eso caen en el abismo de la moral:

La araña de la fábula alguna vez
me dijo que nunca supo volver,
al escalar la pared solo quedaba
la caída, el abismo de la moral (La fábula de la risa, FM) 

Y en Oración deshecha nos recuerda que : El hombre tiene una piedra debajo de la lengua 

Lo que en un principio creíamos que era un libro erótico poco a poco se nos devela como un viaje a las entrañas del SER, a los arcanos mismos de la existencia humana; me refiero a los interrogantes que nos azotan y que nos impiden penetrar en sus más recónditos misterios. Anna Apollinario y Floriano Martins decodifican las preguntas metafísicas, las que todos nos hacemos en algún momento de nuestra vida:

Somos meteoritos iluminando apocalipsis (AA)
La vida que vivimos es un mito fugitivo…
En tu vientre caen todas las estrellas…
Somos los últimos amantes refugiados
en el esplendor de una pintura manchada (FM) 

Lo que nos recuerda que sólo somos dioses caídos en desgracia y que por eso mismo  arrastramos la vileza y el oprobio de la condición humana. También nos recuerda que si la eternidad nos espera solo será en una pintura manchada; en otras palabras en una pintura borrada y quien dice borrado dice inexistente; o sea, es la caída lenta al abismo, a la nada, al olvido; allí donde no hay rostros ni máscaras; solo la furia.

[1] Furor de Máscaras, de Anna Apollinario y Floriano Martins
(ARC ediçoes y Editorial Cintra, Brasil, enero 2021).