Acaso no es la novela uno de los suvenires favoritos de la modernidad,
acaso no es la novela un suvenir en las vitrinas de las librerías cool,
acaso no es la novela un suvenir en los suplementos de cultura de la
prensa, acaso no es la novela el suvenir ideal para matar el tiempo en
los viajes. Sí y no. ¿Qué hay en la novela que puede resultar ser uno de
los objetos más odiosos en el mercado cultural actual, pero al mismo
tiempo una de las posibilidades más desestabilizadoras en cuanto a
escritura literaria y ficción se refieren?
Como espacio de reciclaje de los más diversos deshechos culturales, la
novela puede tensionar este carácter de objeto de moda hacia una zona
menos próspera como lo puede llegar a ser la problematización de su
propia constitución o la proliferación de fisuras textuales hasta
desbaratarla de todas las expectativas del género que en un inicio le
daban existencia. Si bien es cierto, no podemos negar el protagonismo
económico de la novela actualmente en el mundillo literario, sí se puede
intentar un desvío tanto en la propia escritura como en los soportes que
la contienen o la descomprimen en otro lugar de circulación, menos
glamoroso, menos rutilante y más complejo.
Existen varios ejemplos de estas apuestas en la novela latinoamericana
contemporánea, que sin duda han inaugurado espacios híbridos entre el
mercado y el margen, entre lo transnacional y lo íntimo, entre la
diferencia sexual y el deseo. La novela no sólo se convierte en fetiche
de una burguesía ficcional, sino también en reliquia de un proletariado
imaginario al cual dejó de hablarle. La novela se hizo sedentaria y eso
dio paso para que pudiera ser convertida en un suvenir del capitalismo
literario.
Por esta razón, Novela suvenir de la brasileña María Alzira Brum pone en
jaque varias de las consideraciones previas. Por un lado, la narración
misma confiesa su emergencia dentro del contexto de una Beca de
Residencia en un país ajeno, en este caso México, y más aun,
inicialmente Veracruz y luego DF. De allí que no sólo se ofrezca una
novela por encargo sino que además la desterritorialización de ese lugar
de enunciación, pues ya que convierte la narración inmediatamente en una
bitácora. Luego, este mapa invisible de un argumento que se vivirá en
‘real time’ está escrito directamente en una lengua extranjera para la
autora. Entonces doblemente se ficcionalizan materiales fundamentales de
una novela: lugar y lengua.
Ciertamente estos dos elementos irán tomando un rol singular en el
transcurrir de este texto, pues ambas reclamarán desde el inicio un
soporte que las desbarate como metarelatos fundaciones del género. Es
decir, desde sus mismos propósitos hasta sus conclusiones adelantadas,
todo lugar, partiendo por una Veracruz fuera de mapa, o mejor dicho,
ubicada en un mapa mental donde el punto de llegada y el punto de
partida son el mismo, se bifurca hacia un marco que la ciñe como signo.
Cito:
Una particularidad de ese territorio es que allí las brújulas no
funcionan. La posición del Sol y de otras estrellas, sobretodo de la
Constelación del Colibrí, visible durante todo el año, ha sido hacia ya
bien entrado el siglo XX la principal referencia para los viajeros.
Luego de (des)situar el lugar se (des)construye una genealogía, una
historia de los cinco pueblos que dieron origen a esta ciudad del Dios
Desconocido: Los Que Nunca, los Buitrones, los Colibríes, los Limaches y
los Gobdas. Comunidades que parecieran responder a arquetipos del
artista moderno. No pretendo contar la historia de la novela, pues no
hay historia ni hay novela. Lo más parecido en cuanto a género es el de
la crónica, pero tampoco hay crónica, o sí la hay, está mezclando las de
la conquista con las del descubrimiento de cada día en la Residencia
junto a los otros creadores becados.
Fragmentos de textos anteriores, fotografías, recuerdos, apuntes,
dibujos, viñetas configuran este golem escritural, que haya su
correspondencia en una edición cartonera, que convierte el desperdicio
en un objeto de arte. No existen las coincidencias, los nómades se
encuentran en algún punto, por lógica.
Sin más, esta performance de escritura que es Novela suvenir de María
Alzira Brum propone un estatuto problemático a la novela dentro del
mercado cultural e institucional como lo es en este caso. Abre una nueva
forma de bitácora de un viaje que nunca se hizo porque nunca empezó ni
nunca terminó. Juega con la ficción en un largo aliento que incluye
territorios, cuerpos y discursos, pero sobre todo su capacidad de
exterioridad llega a ser uno de los grandes logros que un relato de
estas condiciones podría haber permitido. María Alzira Brum confirma con
este libro ser una de las narradoras menos ortodoxas, más móviles, más
problemáticas y con más herramientas tácticas para desarticular una
novela y convertirla en otra novela que nunca se escribió. |
Maria Alzira Brum Lemos (Brasil) é
pensadora, escritora, pesquisadora, tradutora, criadora e realizadora de
atividades artísticas, culturais e literárias. É doutora em Comunicação
e Semiótica. Publicou, entre outros, A Ordem Secreta dos
Ornitorrincos (São Paulo, Amauta, 2008)e Novela suvenir
(México, DF. Fonca e Santa Muerte Cartonera). |