Antología Personal de la
Nueva Poesía Chilena
Selección y prólogo: Francisco Véjar

Armando Roa Vial

INDEX

ZARABANDA DE LA MUERTE OSCURA

I

 

Si te tocan, desgarra.

Si te acogen, destierra.

Si te poseen, destruye.

 

No dejes que te hiera

la maraña oscura de la noche,

el torcido cauce de sus aguas

buscando el nacimiento de la luz.

 

Si te hermanan, disgrega.

Si te cercan, disipa.

Si te eligen, dimite.

 

No dejes que el amor fermente

en ti su gran amargura

de fantasma embalsamado

que hurga en lo imposible

sin saciarse jamás.

 

¿Para quién esta vida?

¿Acaso un error?

¿Un ejercicio de soledad?

¿La muerte que se agolpa a quemarropa,

como un viento cortante,

entre crepúsculo y crepúsculo?

¿La insidia de los dioses?

 

Los poetas advierten (sic maese Holan)

al ordenar los elementos de la noche:

«Vas abierto de par en par

y, sin embargo, eres de pronto abatido

por la gigantesca realidad

de las cosas que fueron soñadas».

 

Porfía tu nada en los desfiladeros.

Porfíala cuanto antes. Encerrada e inmóvil.

Que te hiera y te cave.

Báilate en ella sin esfuerzo.

Cuando ya no te queden palabras en la boca.

Cuando piernas y brazos y ademanes

se disuelvan en un solo estallido

de desesperanza y de miedo.

 

ii

 

El aire viciado de tu cuarto:

la frontera que nunca cruzarás.

 

Las palabras, como voraces alimañas,

han ido clausurando todas las salidas.

 

El poeta, dices, es un malabarista de la muerte.

 

Por eso siéntate y espera.

Ahora que la felicidad ha dejado de amenazarte

 

iii

 

Una soga pende del techo.

A solas quieres compartir con ella

esa oscura queja que hormiguea

en tu cuello y en tu boca.

 

Atrás van quedando aquellos gastados amores

que alguna vez ordeñaron para ti ilusiones perdidas,

o los sucios arroyos donde arrojaste tus sueños

y que nada ni nadie puede ya desbordarlos.

 

«Es el ultraje de los años», piensas,

con la sosegada certidumbre de quien está al borde del precipicio

dispuesto a seguir la estela de sus propias tinieblas.

 

Es este tu ritual de despedida,

el signo que trazas para agrietar el silencio,

el soplo con el que dispersas las sílabas de tu nombre,

la trampa que tiendes a la lengua falaz del destino.

Armando Roa Vial (Santiago, 1966). Abogado. Su trabajo literario abarca la narrativa, el ensayo, la poesía y la traducción. En poesía ha publicado “El hombre de papel y otros poemas”, "El Apocalipsis de las Palabras/ La dicha de Enmudecer", "Zarabanda de la Muerte Oscura", (galardonada el año 2000 con el Premio Nacional otorgado por el Círculo de Críticos de Arte), "Estancias en homenaje a Gregorio Samsa" y “Hotel Celine”. Ha traducido la poesía selecta de Robert Browning, la poesía temprana de Ezra Pound, Macbeth de Shakespeare y, también, la elegía anglosajona del siglo IX "El Navegante". Es asimismo autor del ensayo "Elogio de la Melancolía", del volúmen de relatos "Para no morir tan despacio" y de las antologías "Ezra Pound. Homenaje desde Chile", en coautoría con Armando Uribe, y "La invención de Chile", en coautoría con Jorge Teillier. El año 2002 obtuvo el premio Pablo Neruda.