Cuánta dicha si tienes a
tu lado una amiga cultivada
sabia y erudita entre
todas bella.
Sus palabras serán
profundas
mostrarán el camino
hacia verdades ocultas
mientras observas cómo
palpita su seno emocionado
al hablar de Heráclito y
de Safo.
Pero poco importa todo
eso
si no conoces la
elocuencia de su vientre
su vereda que florece
la punzada del ardiente
Eros.
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