LOLA LÓPEZ-CÓZAR
 
Trazado interno
 

Mapas

Si un día te pierdes, no irá a buscarte quién pronunció el amor, ni quien te dijo ven, me faltas siempre, no irá a buscarte quien lamió tu sonrisa, ni quien pidió más versos, no irá a buscarte quien te perdió otras veces, ni quien te llamaba como un sol para empezar el día.

Si un día te pierdes solo los mapas, el mapa que no logras traducir a la tierra, encontrará el camino para decir te espero, te hará llegar la brújula que te conduzca al llanto y al regreso.

Palabras ruido

Hay hojas en el suelo. El tiempo pasa. Para en seco. Nada que ver contigo. Tu tos de lejos. El llanto de los gatos. La ignorancia. Aquí perdió la vida. La colgó mientras todos dormían. En su casa era ella. Lo demás ya no importa. Palabras ruido. Velocidad. Apretura. Duelen los oídos y los odios. No dices nada y esa nada queda. Fingir la sequedad de la mirada inerte, y repetir los días como si fueran hojas que el tiempo tacha cuando pasa, que el tiempo pisa cuando para.

Retiro 

Cuando fijas la mirada, la leve humedad de los ojos transforma la imagen en una especie de reflejo, en parte te haces charco o río y todo se vuelve cristalino de cristal, no de claridad, como una especie de filtro que te separa y que puede silenciar el mundo.

Cualquier lugar

Leo las ciudades que me recorren. Cambio el ritmo, nunca el rito de buscar el lugar.

El ritmo de la urgencia: músculos en tensión,  ojos desorbitados,  coordenadas del miedo a no saber encontrar.

El ritmo del cansancio: arrastro los pies,  entorno los ojos sobre el agotamiento de mirar,  sobre la impotencia constante de derecha o izquierda.

Leo la vida que me sitúa y me extravía como un ciclo inevitable, pocas veces exacto, impredecible rumbo en un lapso sin fin.

Los ritmos se conjugan, se confunden, se mezclan. Arrastro los pies rígidos, entorno los ojos perdidos en sus órbitas, cualquier lugar, me digo y pienso en descansar.

Días que son noches

Hay días que son noches y paredes donde escribir vacíos. Ningún lugar se ajusta, no encuentras acomodo en este incómodo momento que te vive. Rebelar contra nadie, revelar la verdad de un sueño mudo que se va desgastando sin remedio. Remediar los centímetros de aire y los centímetros de suelo que golpean las sienes. Pensamientos sin dueño y sin destino. Aceptar el sorteo calculado de lo que hoy te toca e intuir un mañana parecido.  

Hay días que son noches sobre una cama fría. La escarcha en las ventanas como una estalactita, gota a gota los días que han pasado, golpe a golpe los pasos que han de darse sobre el plano trazado de tu ausencia.  

Vivir se puede. Vivir es respirar, desatender  momentos, migajas que se barren para no distinguir el tiempo que se ha muerto sin que tú regresaras. Contenedor de esperas que buscan sin saberse halladas, envases deformados que dan cobijo al miedo, el miedo de esperar y de no hacerlo.

 

Vídeos a incluir:

Nada me sobra: https://youtu.be/VznJyj8Z3no

El norte del norte: https://youtu.be/XmsP0pJpxnk

Despierta: https://youtu.be/50Q3aGeYHtE

 
Lola López-Cózar nace en Granada, España. Dirige el programa de radio Retahilas, y publica su trabajo en diferentes revistas. Ha ilustrado el libro "Ángel de Cielos que derrumban", editado por Amphibia (2010), “Tras la pared” con poemas de Julián Alonso en Ediciones Cero a la izquierda (2014) y “Papel, lápiz y soledad” editado por Groenlandia (2014). Publica el libro DE LA MEMORIA EL PEZ, junto a John M. Bennett. Editorial Luna Bisonte Prods (2014) y “Notas para una melodía” editado por La Manzana Poética (2015).

Ha recibido varios premios como videoartista y como artista multidisciplinar.

En estos años ha mostrado su trabajo, sobre todo de vídeo, poesía y fotografía, en festivales, proyectos, programas, simposios, seminarios y exposiciones por toda España, en Estados Unidos, México, Venezuela, Portugal, Cuba, Italia, República Dominicana, Argentina y China.
 
 
 
 
Mapa do Sítio - Artes no ciberespaço - Revista TriploV de Artes, Religiões e Ciências - Poesia - Lola López-Cozár